Las razones para este “aire fresco” en los valores se atan a la mejor performance internacional del aceite, que está por encima de los u$s 2.850 la tonelada (un año atrás no superaba los u$s 2.150). Además, argumentaron que la suba en el precio de la aceituna no es aún mayor porque este año hay un mejor volumen de aceitunas en las plantas (venían de temporadas donde la helada las devastó) y ello inevitablemente deprime la remontada en el precio, según informó Diario de Cuyo.

Hasta el momento, con dos meses que lleva la cosecha, se recogió algo más del 50%, pagando por cajón a los cosechadores unos “$ 12 o $ 13”, apuntaron los industriales.

“Estimamos que se va a levantar toda la fruta. Hay interés por hacer aceite, sabiendo que España (principal productor mundial) viene de tener una mala campaña, aunque todo indica que en la próxima se recuperará y eso puede otra vez tirar para abajo los precios, pero igual habrá que esperar para saber si eso ocurre”, dijo el presidente de la Cámara Olivícola de San Juan, Esteban Durand.

Bastan dos datos para graficar cómo viene la industria del óleo: en este primer cuatrimestre del año, que se comercializó el aceite del año pasado, las exportaciones cayeron un 59,58 por ciento; y las de aceitunas en conserva, en el mismo período, un 16,74%. Este escenario se notó en el campo: los grandes productores levantaron todo (la mayoría mecánicamente) y los chicos sólo un porcentaje, atento a que argumentaron que “perdían plata” si lo hacían.

En la actualidad, todas las miradas están dirigidas a poner de pie la industria, que si bien está lejos de los precios históricos de casi u$s 4.000 la tonelada de aceite, también se despegó de los pobres valores de las últimas campañas.