Veterinaria de rumiantes: “No es un trabajo fácil, pero es muy gratificante”
La compañía de salud animal Virbac España, en el marco de la iniciativa #Yosoycampo, ha entrevistado a una joven veterinaria rural llamada Ainhoa Gil, para dar a conocer y divulgar el trabajo de los profesionales del campo.
Gil, originaria de San Sebastián, es licenciada en veterinaria en el año 2018 por la Universidad de Zaragoza y desde hace tres años trabaja como veterinaria de rumiantes en Girona (Cataluña).
La joven afirma en la entrevista que su vocación por la veterinaria viene desde pequeña, y aunque admite que al entrar en la facultad le gustaban más los pequeños animales “a medida que iba estudiando y haciendo prácticas me di cuenta de que me gustaban los rumiantes”.
Al finalizar sus estudios, Gil asegura que estaba completamente decidida a trabajar como veterinaria de rumiantes sin importarle “a que parte de España ir”, y a pesar de extrañar su tierra natal, a día de hoy se muestra “muy contenta en Gerona”. “De momento quiero seguir aquí”, señala.
Respecto a las condiciones laborales de un veterinario de campo, Gil indica que la mayor complicación que se encuentra es la relativa a la situación del sector y “ver que los ganaderos cada vez están más desmotivados“, y por ello como veterinaria les ayuda y anima, a pesar de que la situación no esté cambiando.
EL FUTURO DEL VETERINARIO DE CAMPO
Los veterinarios de campo, tal y como dio a conocer Animal’s Health en una entrevista, pueden desaparecer debido a la despoblación rural y a los pocos profesionales que hay actualmente, lo que les obliga a tener que recorrer cientos de kilómetros al día para poder atender a todos los animales que lo necesitan.
Igualmente, Gil asegura que el futuro en el sector como veterinarios “no es muy bueno si sigue así”, y hace hincapié en la desaparición de las explotaciones ganaderas más pequeñas y familiares.
“Hoy en día vemos que está todo más automatizado, incluso ya midiendo la progesterona en las vacas se puede saber si está preñada o no. Llegará el día en que igual ni nos necesiten”, lamenta la veterinaria.
Por otro lado, se dirige a otros veterinarios o futuros veterinarios para motivarlos a elegir este campo de la profesión. “No es un trabajo fácil porque es un trabajo físico, pero es muy gratificante ver que puedes ayudar a otras personas”, explica Gil refiriéndose a los ganaderos y a la versatilidad de esta rama de la veterinaria.
“Cada día haces cosas diferentes porque no sabes qué tipo de urgencias vas a atender y el trato con el ganadero es muy cercano”, añade.
La compañía de salud animal Virbac España, en el marco de la iniciativa #Yosoycampo, ha entrevistado a una joven veterinaria rural llamada Ainhoa Gil, para dar a conocer y divulgar el trabajo de los profesionales del campo.
Gil, originaria de San Sebastián, es licenciada en veterinaria en el año 2018 por la Universidad de Zaragoza y desde hace tres años trabaja como veterinaria de rumiantes en Girona (Cataluña).
La joven afirma en la entrevista que su vocación por la veterinaria viene desde pequeña, y aunque admite que al entrar en la facultad le gustaban más los pequeños animales “a medida que iba estudiando y haciendo prácticas me di cuenta de que me gustaban los rumiantes”.
Al finalizar sus estudios, Gil asegura que estaba completamente decidida a trabajar como veterinaria de rumiantes sin importarle “a que parte de España ir”, y a pesar de extrañar su tierra natal, a día de hoy se muestra “muy contenta en Gerona”. “De momento quiero seguir aquí”, señala.
Respecto a las condiciones laborales de un veterinario de campo, Gil indica que la mayor complicación que se encuentra es la relativa a la situación del sector y “ver que los ganaderos cada vez están más desmotivados“, y por ello como veterinaria les ayuda y anima, a pesar de que la situación no esté cambiando.
EL FUTURO DEL VETERINARIO DE CAMPO
Los veterinarios de campo, tal y como dio a conocer Animal’s Health en una entrevista, pueden desaparecer debido a la despoblación rural y a los pocos profesionales que hay actualmente, lo que les obliga a tener que recorrer cientos de kilómetros al día para poder atender a todos los animales que lo necesitan.
Igualmente, Gil asegura que el futuro en el sector como veterinarios “no es muy bueno si sigue así”, y hace hincapié en la desaparición de las explotaciones ganaderas más pequeñas y familiares.
“Hoy en día vemos que está todo más automatizado, incluso ya midiendo la progesterona en las vacas se puede saber si está preñada o no. Llegará el día en que igual ni nos necesiten”, lamenta la veterinaria.
Por otro lado, se dirige a otros veterinarios o futuros veterinarios para motivarlos a elegir este campo de la profesión. “No es un trabajo fácil porque es un trabajo físico, pero es muy gratificante ver que puedes ayudar a otras personas”, explica Gil refiriéndose a los ganaderos y a la versatilidad de esta rama de la veterinaria.
“Cada día haces cosas diferentes porque no sabes qué tipo de urgencias vas a atender y el trato con el ganadero es muy cercano”, añade.