Esos mayores ingresos derivaron en que “haya más industrias, más trabajo”, dijo, pero dando a entender que la prosperidad que describe se debe a la situación internacional: el famoso viento de cola. También puso en la balanza el entrerriano la deposición por parte del gobierno de la confrontación que “antes nos agredía, nos maltrataba”.

El cambio se produjo en la propia presidenta “que empezó a cambiar su discurso, a anunciar cosas”. Señaló también “algunas cosas positivas que se hicieron” aunque sin precisarlas, y fundamentalmente “algunas personas que no están tan mal” económicamente.

De Ángeli reconoció que en “el campo no somos más que el 5%” de los votantes aunque consideró que ni el arrocero, ni el tambero, ni el citricultor “no creo que la vayan a votar (a la presidenta) porque ellos están muy mal”.