La administración de antibióticos a largo plazo en alimentación animal crea un entorno óptimo para la multiplicación de los genes de resistencia antibiótica
Ésta es una de las conclusiones de un estudio, que incide en la importancia de que en Estados Unidos deben tomarse medidas para avanzar en la prohibición de uso de antibióticos con fines no terapéuticos.
La administración de antibióticos a largo plazo en alimentación animal crea un entorno óptimo para la multiplicación de los genes de resistencia antibiótica. Los animales tratados se convierten en “fábricas” para la producción y distribución de bacterias resistentes a antibióticos como Salmonella y MRSA. Las bacterias pueden transferir resistencia antibiótica a otras bacterias y multiplicar diferentes genes de resistencia que pueden estar relacionados en este proceso. Por tanto, aunque los ganaderos utilicen antibióticos que no son utilizados habitualmente para tratar personas, también pueden promover la resistencia. Varios estudios han demostrado que las bacterias resistentes a antibióticos pueden diseminarse fácilmente de los animales a las personas que están en contacto directo con ellos, como veterinarias, operarios de mataderos y ganaderos y sus familias.
Por otro lado, hasta el 90% de los antibióticos administrados al ganado son excretados al medio ambiente. La resistencia se disemina directamente por contacto e indirectamente a través de la cadena alimentaria, el agua, el aire y las tierras fertilizadas con purines y estiércol.
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de las enfermedades, las infecciones con bacterias resistentes a antibióticos causan largas y caras estancias en los hospitales y mayor riesgo de muertes. Cada año, en Estados Unidos, estas infecciones suponen unos 20 billones de dólares (de euros) en costes sanitarios adicionales y 8 millones de dólares ( de euros) en días adicionales en hospitales.
La prohibición de uso de antibióticos como promotores de crecimiento en varios países europeos ha permitido disminuir la resistencia a los antibióticos. En Dinamarca y Alemania no sólo en animales de ganadería, sino también en humanos.
Otras prácticas ganaderas alternativas como reducir la masificación, mejorar la higiene y el uso de vacunas compensan algunos de los beneficios de crecimiento conferidos por los antibióticos no terapéuticos.
En este estudio también se enfatiza en que se puede mejorar nuestro conocimiento de la relación entre el uso de antibióticos en animales y la diseminación de bacterias resistentes. Las técnicas genéticas modernas están ayudando, aunque todavía hay vacíos algunos estadios de la cadena de transmisión.
La Food & Drug Administration (FDA) ha avanzado hacia una regulación más estricta del uso de antibióticos no terapéuticos, al darse cuenta de que esta práctica está en conflicto con la protección de la salud pública, por medio de la proposición de medidas para limitar el uso de estos medicamentos en animales.