El nuevo sistema de comercialización de granos que debía presentar ayer el Gobierno finalmente será anunciado la semana que viene, porque aún «hay aspectos legales que resolver», según trascendió en el Ministerio de Agricultura. La metodología que impuso el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para mantener abastecido el mercado interno, y por el cual se restringieron las exportaciones, es, hoy por hoy, el principal reclamo de los productores y lo que podría volver a tensionar las relaciones con el sector.

Funcionarios del Gobierno nacional vienen trabajando junto con directivos de Agricultores Federados Argentinos (AFA) desde agosto -luego de las elecciones primarias- un proyecto que modifica el actual esquema de comercialización de cereales. Luego de cinco años, Cristina de Kirchner leyó con cuatro ojos el proyecto que obliga a reconocer el fracaso en el sistema, y detectó que «hay aspectos legales que resolver», lo que retrasó el anuncio para la semana próxima.

La urgencia para implementar el nuevo sistema antes de fin de año no importó, y el Gobierno prefirió retrasar la reunión de ayer en Olivos con el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, y con el propio Moreno para que no quede ningún detalle al azar.