Todo mundo habla de bienestar animal, pero ¿realmente se comprende todo lo que implica?
Actualmente es muy común escuchar hablar de bienestar animal, tan cotidiano ya, que considero importante que todos, los que nos dedicamos a la protección y conservación de animales y los que no, nos demos tiempo para reflexionar sobre este concepto que ha experimentado una significativa evolución en las últimas décadas.
Hace cincuenta años, la preocupación por el bienestar de los animales, a decir verdad era muy limitada, se centraba principalmente en evitar el sufrimiento físico evidente. No existía un reconocimiento formal del bienestar animal como disciplina científica, las opiniones al respecto eran dispersas entre veterinarios, etólogos y otros especialistas.
En la década de 1960, en el Reino Unido, surgió una mayor conciencia sobre el sufrimiento de los animales en sistemas de producción intensiva. Esto conllevó a la formación de comités técnicos que emitieron recomendaciones para el manejo y alojamiento de los animales, sentando las bases para el desarrollo del concepto moderno de bienestar animal.
Hoy en día, el bienestar animal se entiende de manera más integral, abarcando no solo la salud física, sino también el bienestar psicológico y la posibilidad de que los animales expresen en la mayor medida posible comportamientos naturales. Se establecieron cinco parámetros o principios basados en que los animales deben estar lejos o lo más libre posible de diversos perjuicios: Libres de hambre y sed; libres de incomodidad; de dolor, lesiones y enfermedades; libres para expresar comportamientos naturales y libres de miedo y angustia.
Estos principios se han convertido en la guía actual de diversas instituciones, incluyendo de las instituciones zoológicas, en donde ha habido una rotunda transformación en la procuración del bienestar animal. En efecto hace años, los zoológicos se enfocaban principalmente en la exhibición de animales para el entretenimiento humano, con poca consideración por las necesidades específicas de cada especie.
Hoy, se los digo con certeza, la gran mayoría de los zoológicos y acuarios han adoptado roles tan activos en materia de bienestar animal que partiendo de esta enorme responsabilidad han transitado a que sus principales misiones sean: La conservación, la educación y la investigación, implementando e innovando cada vez más prácticas que garanticen el pleno bienestar de cada ejemplar que se encuentra bajo cuidado humano.
Por ejemplo, los zoológicos de la Ciudad de México realizan de manera permanente acciones para promover la salud de cada especie con medicina preventiva y una nutrición muy estricta. Y que decir de la especialización en el diseño profesional y vanguardista de los albergues de los animales inspirado en entornos de hábitats naturales que permiten sus comportamientos más silvestres y estimulan diariamente su desarrollo con diferentes estrategias y herramientas de enriquecimiento ambiental.
Es muy poco conocido, que las instituciones zoológicas y acuarias invierten actualmente muy fuertes cantidades de tiempo, de recursos y por supuesto de conocimiento, para garantizar el bienestar de los animales con los más altos estándares mundiales.
Por ejemplo, los zoológicos de la Ciudad de México adquieren mensualmente alrededor de 8 toneladas de carne, 11 toneladas de verduras, 9.5 de frutas, 16.5 de alimentos concentrados especiales para animales y 1.7 toneladas de pescado, asegurando diariamente una dieta adecuada para cada especie.
Además, estas instituciones fomentan la capacitación continua de su personal en técnicas de manejo y cuidado animal, como el condicionamiento operante con refuerzo positivo, para fortalecer el bienestar de los animales bajo su cuidado.
Hace apenas unos días se impartió en el Zoológico Guadalajara un curso de talla internacional sobre crianza asistida, alimentación, monitoreo de salud y programas de enriquecimiento para pingüinos.
Se realizaron distintos talleres como: filetear y cortar el pescado, realizar la fórmula para la crianza a mano, fabricación de jeringas para alimentar a los polluelos. Además se examinó a un ejemplar de pingüino de Adelie en el área de clínica para observar cómo se hace un examen físico hasta una correcta sujeción del mismo.
En conclusión, aunque, como en todos los ámbitos, persisten desafíos y áreas de mejora, la evolución del concepto de bienestar animal y su implementación en las instituciones zoológicas reflejan un enorme compromiso que siempre está en crecimiento por garantizar condiciones óptimas para los animales.
Sin duda, la gran inversión en recursos materiales, humanos y conocimientos especializados es una muestra del titánico y, lamentablemente, desconocido esfuerzo por alcanzar los más altos estándares de bienestar animal a nivel mundial, y a mí me gustaría saber que otro gremio o sector está haciendo tanto por avanzar en dicho tema y concepto que de una u otra forma es del interés de absolutamente todos y todas.