Pese a los récords de exportación se desploma el consumo de carne en Argentina
En un año marcado por complicaciones climáticas y económicas, la industria cárnica argentina concluye 2024 con cifras que reflejan tanto una leve recuperación como una situación crítica en el consumo interno. Según el informe mensual de la CICCRA (Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina), durante diciembre se faenaron 1,239 millones de cabezas de hacienda vacuna, lo que representa una mejora interanual que ha sido capaz de compensar en parte la contracción observada en los primeros meses del año.
Sin embargo, el panorama no es completamente alentador. A lo largo de 2024, la faena total alcanzó 13,924 millones de cabezas, lo que marca una disminución del 4,1% respecto al año anterior. La participación de las hembras también ha disminuido, bajando de 48,2% a 47,7%. Este descenso es el resultado de una serie de factores, entre ellos, una intensa seca que afectó el ciclo reproductivo de los animales, reduciendo la oferta de terneros.
La producción de carne vacuna se situó en 3,177 millones de toneladas, un 3,4% menos que en 2023. Esta caída en la oferta de carne ha llevado a una notable contracción en el consumo interno: en 2024, el consumo aparente de carne vacuna se estima en 2,240 millones de toneladas, una disminución del 8,0% respecto al año anterior. De hecho, este es el nivel más bajo de consumo registrado en los últimos veintidós años, con un promedio de 47,7 kilos por habitante, un descenso significativo respecto a años anteriores.
A pesar de la contracción en el consumo interno, las exportaciones se han disparado, alcanzando un récord de 936,1 mil toneladas de carne vacuna, lo que representa un aumento del 9,8% en comparación con 2023. Este incremento en las exportaciones surge como una luz de esperanza para la industria, pero también plantea la interrogante sobre la sostenibilidad del aumento de la demanda externa frente a un mercado interno en crisis.
En el ámbito de los precios, diciembre trajo consigo un aumento mensual del 8,8% en el rubro de “carnes y derivados”, liderado por cortes de carne vacuna que experimentaron un notable incremento, lo que refleja la presión sobre los precios en un contexto de menor oferta.
Con la mirada puesta en 2025, la industria cárnica argentina se enfrenta a metas complejas, tanto en la producción como en la recuperación del consumo interno.