La fábrica en Pinghu, en las afueras de Shanghai, abrió en 2019 como parte de las ambiciones de Danish Crown de expandir su negocio en China. Sin embargo, nunca ha conseguido generar los ingresos esperados, pese a que durante ese período se han hecho esfuerzos considerables para corregir un mal comienzo.

La nueva dirección de Danish Crown decidió en otoño realizar una revisión exhaustiva de las actividades y oportunidades de la fábrica en Pinghu. La conclusión de esta revisión fue que la venta o el cierre de la fábrica es la mejor opción para Danish Crown.

“Es triste decir adiós a los empleados que han luchado todo el tiempo para hacer de la fábrica un buen negocio, pero después de nuestra revisión quedó claro que las actividades en Pinghu no encajan en nuestra dirección estratégica. Preferiríamos vender la fábrica y hemos firmado una carta de intención y acordado los términos de la venta. El proceso avanza según lo previsto, por lo que esperamos que pasen algunos meses antes de que podamos cerrar un acuerdo final, dice Anders Aakær Jensen, director financiero de Danish Crown. 

“Nuestra revisión estratégica mostró que nos enfrentábamos a dos opciones: vender la fábrica o cerrarla y trasladar el equipo desde allí a nuestras fábricas en Europa. Por lo tanto, ya no era una opción realista continuar con la instalación actual en Pinghu. Por lo tanto, hemos decidido cerrar las actividades allí mientras trabajamos en una aclaración final sobre el futuro de la fábrica”, concluyen.