En 2025 cayeron un 30% las compras de carne argentina por parte de China
Con un total exportado de 3.672 millones de dólares en 2024, este sector ocupa el sexto puesto entre los complejos exportadores más importantes del país. Y dentro de ese desempeño, el mercado asiático —con China a la cabeza— se ha transformado en el gran motor de crecimiento de la última década.
Desde mediados de la década pasada, la demanda asiática por carne vacuna ha multiplicado sus cifras. Este fenómeno no sólo ha reposicionado a la Argentina como proveedor confiable de proteína animal, sino que también ha forzado al sector a adaptarse a nuevas exigencias sanitarias, logísticas y comerciales.
El rol dominante de China: un destino estratégico
En 2024, China se consolidó como el principal socio comercial del complejo de carne y cuero en Argentina. Con una participación del 49,1% del total exportado, representó casi la mitad del ingreso de divisas del sector. Esta concentración es aún mayor si se considera exclusivamente la carne congelada: más de tres cuartas partes de este producto tuvieron como destino final al gigante asiático.
Este crecimiento no es casual. Desde el fin de las restricciones cuantitativas a la exportación, China emergió como el destino más dinámico, pasando de representar menos del 10% de las exportaciones en 2014 a dominar el mercado en 2024. En una década, las ventas argentinas a este país se multiplicaron por más de siete.
Sin embargo, este escenario no está exento de desafíos. Durante el primer trimestre de 2025, las compras chinas de carne argentina cayeron un 30% interanual, reflejando un enfriamiento de la demanda que obliga a diversificar mercados y repensar estrategias.
Israel: entre la tradición kosher y nuevos acuerdos
Aunque con una participación menor en términos absolutos (7,8% del total exportado en 2024), Israel representa un destino estratégico por el tipo de producto que demanda: carne kosher de alta calidad, una especialización que posiciona a Argentina como proveedor confiable.
En 2024, se logró un hito clave: la autorización para exportar carne kosher con hueso. Esta apertura regulatoria permitió un incremento en el volumen exportado y una mejora en el valor agregado de los productos enviados. La carne kosher argentina, reconocida por su calidad y cumplimiento estricto de normativas religiosas y sanitarias, encuentra en Israel un mercado fiel y en crecimiento.
Este vínculo bilateral no solo fortalece el comercio cárnico, sino que también abre la puerta a futuras negociaciones de cooperación tecnológica y sanitaria en el ámbito agroindustrial.
Vietnam, Tailandia e India: mercados emergentes con potencial
Más allá de los destinos tradicionales, Argentina ha comenzado a explorar con éxito nuevos horizontes en Asia. Países como Vietnam, Tailandia e India se incorporaron en los últimos años a la lista de compradores regulares de carnes y cueros argentinos.
En estos mercados, la demanda se caracteriza por una combinación de factores: crecimiento demográfico, urbanización acelerada, mejora en el poder adquisitivo y apertura de la gastronomía local a productos occidentales. Además, en algunos casos, como India, el cuero bovino cobra mayor protagonismo que la carne por razones culturales y religiosas.
La diversificación de destinos en Asia no solo es una estrategia comercial inteligente frente a la volatilidad de mercados como China, sino también una vía para insertar productos diferenciados y con mayor valor agregado.
Exportaciones de cueros: Asia también marca la tendencia
El cuero bovino, aunque representa un 10,2% del valor total exportado por el complejo, desempeña un rol importante dentro del comercio con Asia. Tras la caída en la demanda internacional de cuero que siguió a la crisis de 2008, el mercado asiático ayudó a recuperar parte del terreno perdido.
China, India y otros países del sudeste asiático han desarrollado industrias del calzado, marroquinería y automotriz que requieren grandes volúmenes de cuero curtido, semiterminado y terminado. La calidad del cuero argentino, unida a su competitividad en precios y cumplimiento de estándares, permite sostener un flujo constante hacia estas regiones.
Uno de los factores que ha permitido el avance argentino en los mercados asiáticos ha sido el cumplimiento riguroso de las normativas sanitarias internacionales. La reapertura del mercado estadounidense en 2019, tras 17 años de cierre, fue consecuencia directa de la aprobación sanitaria por parte del USDA. Este antecedente también fue valorado por países asiáticos que exigen altos estándares.
La carne argentina, certificada y trazable, ha logrado consolidar una reputación favorable en países como China, Israel y Vietnam. Esto se traduce en una creciente confianza de los importadores y mejores condiciones para negociar acuerdos arancelarios preferenciales.
Durante el primer trimestre de 2025, las exportaciones del complejo carnes y cueros alcanzaron los 883 millones de dólares, apenas un 3,7% por debajo del mismo período de 2024. Si bien se trata de una leve contracción, el dato más relevante es la caída de la demanda china (-30% interanual), que afectó fuertemente los números generales.
Sin embargo, el mismo período mostró un crecimiento notable en las exportaciones a Estados Unidos (duplicación respecto a 2024) y señales de estabilización en Israel y algunos destinos asiáticos emergentes. Esto confirma la necesidad de no depender de un único mercado y de sostener una estrategia de expansión y diversificación.
El complejo carne y cuero de Argentina exportó en 2024 a más de 50 países. Aunque Asia lidera como bloque, esta amplitud geográfica ofrece ventajas en términos de estabilidad, competitividad y capacidad de respuesta ante crisis sectoriales.
Además de China, Israel, India, Vietnam y Tailandia, las carnes argentinas llegaron a Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Emiratos Árabes Unidos. Estos destinos, si bien representan volúmenes menores hoy, son estratégicos por su nivel de ingreso, estándares de calidad y potencial de crecimiento.
Proyección: consolidar presencia en Asia con valor agregado
El futuro del complejo carnes y cueros argentinos está íntimamente ligado a su capacidad de consolidarse en Asia con una oferta diversificada, certificada y de alto valor agregado. Esto implica no solo vender volumen, sino calidad, identidad, historia y sostenibilidad.
En este sentido, las políticas de promoción comercial, los acuerdos bilaterales y la inversión en trazabilidad serán fundamentales. Del mismo modo, será clave articular al sector privado con el Estado para sostener negociaciones estratégicas y responder a las tendencias de consumo global.
La transformación de Asia en el eje de la demanda global de carnes y cueros ha sido la gran noticia para el agro argentino en la última década. Aprovechar ese giro geoeconómico con inteligencia, anticipación e innovación será el desafío de los próximos años.
China marcó el camino. Israel lo consolidó con calidad. Vietnam, India y Tailandia prometen nuevos horizontes. El músculo exportador argentino está listo para responder.