8 de julio de 2025 09:06 AM
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Sector arrocero uruguayo : persisten los problemas estructurales de competitividad

El presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz, Guillermo O’Brien, dialogó con La Mañana y explicó la situación por la cual atraviesa el sector. En medio de una cosecha récord, los precios internacionales tienden a bajar y los costos en Uruguay son los más altos en la región.

¿Cómo podría describir la actual situación del sector arrocero?

Nos encontramos en un contexto donde acabamos de finalizar la zafra con la mayor superficie sembrada en los últimos 20 años, alcanzando casi 183.000 hectáreas. Se obtuvo una muy buena cosecha, con un rendimiento promedio de 9300 kg. por hectárea, el tercero más alto en la historia, lo que resultó en un volumen récord de más de 1.700.000 toneladas de arroz en Uruguay, el mayor de nuestra historia.

El sector arrocero, a nivel de productores, ha tenido tres años muy buenos en términos de negocio, impulsados por buenos valores internacionales. Recordemos que Uruguay exporta el 95% del arroz que produce, ya que el consumo interno es muy reducido.

En la zafra pasada, se alcanzó un precio récord histórico de 17,05 dólares por bolsa. Sin embargo, a partir de la reapertura de India, el mayor exportador mundial de arroz, se generó una sobreoferta en el mercado internacional desde septiembre-octubre de 2024, lo que provocó una fuerte caída en los precios por una sobreoferta.

Además, en el Mercosur, las buenas condiciones de almacenamiento de agua y los altos valores de la última siembra llevaron a un aumento significativo del área sembrada, no solo en Uruguay, sino en toda la región. Esto resultó en una cosecha de aproximadamente 17 millones de toneladas en el Mercosur, generando un excedente de unos tres millones de toneladas, donde Uruguay, con sus 1,7 millones de toneladas, es un actor clave. Este excedente debe destinarse a la exportación en un mercado internacional muy sobre ofertado, con stocks altos en Asia (donde se produce el 95% del arroz mundial) y una próxima cosecha que se vislumbra muy buena debido a condiciones climáticas favorables. Esto plantea un horizonte de valores bajos a mediano plazo hasta que se reduzcan los stocks mundiales, lo cual preocupa al sector en Uruguay, especialmente porque en primavera comenzará la próxima siembra.

¿Cómo se observa que será esa siembra?

Vislumbramos una siembra con costos por hectárea similares a los del año pasado, alrededor de los 2000 dólares, ya que los insumos a nivel mundial no han bajado, sino que han subido. Esto resulta en un rendimiento de equilibrio muy alto para la próxima zafra, lo cual es preocupante. Los productores tienen un margen de maniobra limitado, por lo que buscarán reducir costos y frenar inversiones hasta que se aclare la evolución del mercado. En el corto y mediano plazo, la situación es compleja, y será crucial seguir de cerca el comportamiento del mercado internacional.

Además del tipo de cambio, ¿cuál es el principal problema que enfrentan?

El principal problema, del que no escapan otros sectores agroexportadores, es la falta de competitividad. Uno de los factores que la afectan es el atraso cambiario, pero también enfrentamos altísimos costos en Uruguay. Por ejemplo, en transporte. El costo por tonelada puesta en puerto es muy elevado. Para mejorar esto, es fundamental habilitar corredores para camiones bitrenes, equipos que pueden transportar casi el doble de toneladas con una inversión similar a los camiones actuales. Esto requiere que el Ministerio de Transporte habilite ciertos tramos de rutas, como el corredor de la ruta 8, por donde se mueve más del 65% del volumen de arroz.

Otro aspecto es el costo portuario que se ha escapado. Los valores para cargar una tonelada de producto en el puerto de Montevideo son poco competitivos en comparación con Argentina y Brasil, al punto que Paraguay está derivando cada vez más carga hacia puertos argentinos. Además, en cuanto a la energía, Uruguay tiene los costos más altos de la región, especialmente en energía eléctrica. En la zafra pasada, de las 183.000 hectáreas sembradas, unas 120.000 se regaron con energía eléctrica. Hemos planteado al gobierno, tanto al actual como al anterior, la necesidad de ajustar estos valores para mejorar la competitividad de un sector que, ante la baja de precios internacionales, queda expuesto. Los buenos resultados de los últimos tres años se debieron a los altos valores internacionales, pero los problemas estructurales de competitividad persisten y se hacen evidentes en este contexto.

¿Es mucha la diferencia en el costo de producción entre Uruguay y Asia?

Sí, es totalmente distinto. El 95% del arroz mundial se produce y consume en Asia, en sistemas de producción familiares con condiciones muy diferentes a las nuestras, salvo lo que es India y Pakistán, que ahí sí tienen volúmenes importantes de exportación.

Uruguay es un caso atípico, ya que solo el 5% del arroz producido a nivel mundial se comercializa internacionalmente, y en ese mercado Uruguay es un actor relevante, oscilando entre el séptimo y octavo exportador mundial, con India como principal competidor. Sin embargo, nuestra preocupación debe centrarse en mejorar la competitividad frente a nuestros pares del Mercosur, que son nuestros competidores directos.

Con respecto al Mercosur, ¿cómo es la situación de Uruguay en comparación con Brasil, Argentina y Paraguay en términos de costos y mercados?

Nuestros socios del Mercosur tienen una participación mucho mayor en sus mercados internos. Brasil consume internamente cerca del 80% de su producción, Argentina alrededor del 50%, y Paraguay, aunque menor, también supera a Uruguay. Esto les permite proteger su negocio con el mercado interno, una ventaja que Uruguay no tiene ni tendrá, ya que el consumo interno es mínimo y no cambiará significativamente.

En cuanto a costos, Paraguay tiene el costo de producción por hectárea más bajo, alrededor de US$ 1.500, seguido por Argentina con unos US$ 1.700 en la zafra pasada. Uruguay y Brasil están en torno a los US$ 2.000, pero Brasil se beneficia de un mercado interno que protege su producción. Por lo tanto, nuestra falta de competitividad se hace más evidente en la exportación, que es el pilar de nuestro sector, que vive de la exportación y así debe trabajarlo.

¿Cuál es el principal mercado de Uruguay y cuáles son los desafíos actuales de ese mercado?

Hasta 1999, el 80% del arroz uruguayo se exportaba a Brasil. Tras la devaluación en Brasil ese año, Uruguay tuvo que diversificar sus mercados. Hoy exportamos a más de 40 destinos, lo cual es una fortaleza en este contexto de bajos precios. En la zafra pasada, Europa absorbió cerca del 50% de nuestro arroz, principalmente como arroz cáscara o cargo (sin cáscara), que enfrenta problemas arancelarios, pero aún logra buenos valores. México es otro mercado clave, donde exportamos arroz cáscara gracias a un tratado de libre comercio, y estamos creciendo en Centroamérica como insumo para la molinería de esos países. En Centroamérica, necesitamos trabajar con Cancillería para mejorar las condiciones arancelarias, ya que enfrentamos competencia de Estados Unidos, que tiene tratados de libre comercio en esa región. Aunque nuestro arroz es preferido por su calidad al norteamericano, las barreras arancelarias pueden limitar negocios.

Sin embargo, eso es otra muestra de la falta de competitividad para elaborar arroz en Uruguay. Hace diez años, el 90% del arroz uruguayo se exportaba elaborado, pero en la zafra actual, el 40% salió como arroz cáscara, lo que refleja los altos costos de elaboración. En el precio provisorio que cerramos con la industria al 30 de junio, con un 35% de esta zafra voluminosa que le comentaba, se está tomando un 40% de arroces que salieron bajo la forma de arroz en casca. O sea, se cuadruplicó la salida en arroz cáscara.

Frente a los costos que tenemos, esto nos obliga a exportar el producto bruto para mantener el valor, que es el mandato principal de los productores de la Asociación de Cultivadores de Arroz.

¿Han tenido contacto con el gobierno actual y cuáles son los pasos que planean seguir frente a esta realidad?

Mantenemos un contacto fluido y de doble vía con el gobierno actual. En el próximo mes, hemos solicitado reuniones con el Ministerio de Economía, el Ministerio de Industria y el Ministerio de Transporte, en el caso de este último para trabajar en mecanismos que mejoren los costos y permitan sobrellevar esta crisis de bajos precios internacionales. Buscamos soluciones puntuales que nos ayuden a mantener la competitividad en este contexto desafiante.

Fuente: La Mañana

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