11 de julio de 2025 08:50 AM
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Mercados de carbono: ¿en qué lugar está la Argentina?

Con inversiones de U$S 2.200 M en el desarrollo de proyectos, el país podría alcanzar un 5 % del mercado global para 2030.

Planteados como una alternativa —económicamente viable— para disminuir las emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero (GEI) que son, acaso, la principal causa del cambio climático que atraviesa el planeta, los mercados de carbono asoman como una oportunidad concreta para la Argentina, un país que tiene —o debería— mucho para decir sobre el tema.

La pregunta del millón es cómo. O qué debe hacer para convocar inversiones —nacionales y extranjeras— y fomentar el crecimiento de sectores estratégicos, como son los que representan a las energías renovables, a la eficiencia energética, a la gestión forestal y, especialmente en este caso, a la actividad agropecuaria sostenible.

Juan Pedro Cano, coordinador de la Mesa Argentina de Carbono (MAC), explica de qué se trata: “Los mercados de carbono son un mecanismo de reducción de emisiones mediante la gestión privada utilizando, principalmente, mecanismos de mercado. No requiere de inversión o financiamiento público, pero sí necesita que el Estado pueda garantizar las condiciones para que el sector se desarrolle”.

En tal sentido, sostiene que una apertura a los mercados internacionales de carbono del Art. 6 del Acuerdo de París —como lo están haciendo muchos países de la región— permitirá escalar las inversiones para implementar este tipo de proyectos en diversos sectores productivos del país.

También que si la Argentina inicia un proceso de impulso de los mercados de carbono se podría asumir el alcance de un 5 % del mercado global para 2030, generando inversiones por 2.200 millones de dólares para el desarrollo e implementación de propuestas. La estimación se respalda en MSCI 2024 Investment Trends and Outcomes in the Global Carbon Credit Market.

“De hecho, de poder desarrollarse y certificarse proyectos de captura y reducción de emisiones en sólo el 10 % de la superficie agropecuaria y forestal del país, podría estimarse preliminarmente que la comercialización de los certificados de carbono generados podría representar ingresos totales por más de U$S 9.000 millones. Al habilitar la comercialización de créditos de carbono a mercados de cumplimiento internacionales, o de otros países a través del citado Art. 6, donde el precio de compra es un 80 % mayor, se viabilizarían proyectos que hoy no son viables con precios de venta por mercados voluntarios”, añade.

Asimismo, entiende que si se llegara a usar el 30 % de las tierras agropecuarias y forestales argentinas con dichos valores diferenciales de venta, se podrían generar unos 2.000 millones de dólares anuales. Aquí, la estimación la realizó la MAC en base a reportes actuales de MSCI (2025), AlliedOffsets (2025), Ecosystem Marketplace (2024) e información pública de superficies de usos del suelo.

Entre otros estudios, la base de estos argumentos se ratificó en un reciente informe de la consultora Sylvera, una calificadora de riesgo de bonos de carbono que propone, desde cero, construir la infraestructura de datos necesaria para transformar la estrategia climática en inversiones y estrategias corporativas concretas y viables, donde se asegura que durante el período enero-marzo del corriente año el mercado voluntario de carbono dio un paso histórico hacia la madurez.

En el desglose indica que, por primera vez, las emisiones de créditos de carbono prácticamente se equipararon con los retiros. Con 55,63 millones de créditos emitidos y 54,56 millones retirados, la diferencia fue de apenas un 1,9 %; esto es, una marcada reducción frente al 51,8 % registrado en el mismo período del año previo.

El cambio responde, en gran parte, a un mayor enfoque en la calidad: tanto emisores como compradores están priorizando créditos con metodologías más rigurosas y de mayor integridad. Esto ha generado —según la compañía— una escasez progresiva de créditos de alta calidad, lo que podría impulsar los precios y acelerar la inversión temprana en proyectos en desarrollo.

Asimismo, que a pesar de los desafíos macroeconómicos y la creciente presión política sobre la acción climática corporativa, el mercado se mantuvo sólido, ya que si bien las REDD+ (Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques) continúan liderando los retiros, crecen categorías como gestión de residuos, biogás y manejo forestal mejorado; es decir, se trata de una marcada diversificación del portafolio de créditos.

“A pesar de la incertidumbre en la política climática y los cambios en el sentimiento político, las empresas están demostrando resiliencia en sus estrategias de carbono, con una demanda de créditos de carbono que se mantiene. Esto subraya el papel crucial que desempeñan los mercados de carbono para que las empresas cumplan sus compromisos de cero emisiones netas, incluso en un contexto macroeconómico polarizado”, concluyó Allister Furey, CEO de Sylvera.

Fuente: LA NUEVA

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