14 de julio de 2025 08:34 AM
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La UE sigue sacrificando su cabaña ganadera

La ganadería en Europa sigue descendiendo de forma crítica. En 2024, la UE contaba con 132 millones de cerdos, 72 millones de bovinos, 57 millones de ovejas y 10 millones de cabras, según los últimos datos publicados por Eurostat. Al comparar con el año anterior, el número de cerdos cayó un 0,5%; el de bovino, un 2,8%; el de ovejas, un 1,7% y las cabras, un 1,6%.

Estas bajas muestran una preocupante tendencia a largo plazo. En la última década, la cabaña ganadera europea ha sufrido un fuerte retroceso con un 8,1% menos de cerdos, un 8,7% menos de bovino, un 9,4% menos de ovejas y un 16,3% menos de cabras que en 2014.
De hecho, la asociación agrícola La Unión de España, denunció hace apenas unos días que en la Comunidad Valenciana se ha reducido un 40% de las granjas de ovino y caprino en apenas cuatro años, informa LIBRE MERCADO.

Menos consumo de carne roja

Las causas de esta reducción son múltiples. Muchos consideran un descenso en el consumo debido a un cambio de hábitos, la inflación o el éxito de las campañas animalistas para demonizar el consumo de proteínas de origen animal.

Efectivamente, desde el año 2019, el consumo de carne se ha reducido unos 4,5 kg por persona, aunque en 2024 se ha registrado un repunte que sitúa la cifra en los 66 kilos de carne por persona al año. En cualquier caso, según la Agencia Europea del Medio Ambiente, el consumo per cápita de carne en la UE ha caído un 9% en la última década.

Más exigencias, menos rentabilidad

Planes como el Pacto Verde Europeo, la estrategia “De la Granja a la Mesa” o la agenda climática están imponiendo cada vez más exigencias en lo que se refiere a la reducción de emisiones, el uso de fertilizantes, la gestión de residuos y la limitación de superficies de pasto o producción. A esto se suman constantes cambios normativos que generan inseguridad jurídica y no fomentan, sino que desincentivan la inversión en el sector agropecuario.

Estos requisitos medioambientales se traducen en costes adicionales para los ganaderos. Y, especialmente pequeños y medianos, ven cómo sus márgenes se estrechan entre el alza de los costes (piensos, energía, impuestos, permisos) y las trabas administrativas, mientras los precios en origen apenas cubren los costes de producción. Esto lleva al cierre de explotaciones, que muchas veces no encuentran relevo generacional ante la falta de atractivo económico del sector.

Por este motivo, también se está produciendo un proceso de concentración en el sector, con una disminución del número total de explotaciones y una creciente profesionalización e intensificación en las que continúan operando.

En cualquier caso, el sector ganadero está atravesando una transformación estructural y las cifras no son nada alentadoras. La propia Comisión Europea reconoció: “La ganadería europea está en un punto de inflexión y el resultado de este proceso marcará el futuro del campo europeo durante las próximas décadas.”

Del equipo de redacción de ElSitioPorcino

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