20 de julio de 2025 10:34 AM
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La actividad ganadera se encuentra estancada y la Sociedad Rural lo sabe

En el primer semestre de este año se faenaron un total de 6,6 millones de cabezas, es decir 0,5% más que en el mismo semestre de 2024.

“Hay que mirar al futuro porque si es por la tradición, estamos estancados en 50 millones de cabezas y 3 millones de toneladas (de carne vacuna). No podemos salir de eso. Venimos con una pata en la cabeza desde hace más de 30 años. Entonces, es necesario que demos un paso adelante para hacer lo que nos corresponde, siendo productores responsables, porque tenemos que producir mucho más y mejor”.

La ganadería está estancada. Así lo reconoció el propio titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, durante la jornada organizada por la Comisión de Carnes de la SRA, en el contexto de la 137° exposición agro-ganadera. Lo que describió Pino en tono histórico, también ocurre durante la administración Milei.

Durante el primer semestre del año, la faena de carne vacuna se mantuvo estancada frente al mismo período de 2024 y la producción apenas aumentó un 1,8%. El año pasado, La Libertad Avanza asestó su principal golpe a la producción local con una combinación de ajuste fiscal y licuación de ingresos, con una caída en la producción en el orden del 10%. Las exportaciones, a la baja. Así y todo, los frigoríficos que venden al exterior embolsaron este año 1182 millones de dólares.

¿Qué dice la producción?

En el primer semestre del año, los 354 establecimientos en operaciones –según los datos registrados por el Senasa- faenaron un total de 6,6 millones de cabezas, es decir 0,5% más que en el mismo semestre del año pasado (+31,9 mil cabezas).

“En la perspectiva histórica, la faena del primer semestre del año se ubicó en el puesto Nº 17 entre los últimos cuarenta y seis años, resultando 2,2% superior al promedio de los primeros seis meses de 1980 a 2024”, puede leerse en el reciente informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

A pesar de una faena estancada, la producción de carne tuvo un leve avance del 1,8% en la comparación interanual; sin embargo, en 2024 había retrocedido un 10%, lo que implica que todavía no hubo una recuperación frente al primer golpe asestado al sector ganadero por la administración Milei. En el primer semestre del año la producción de carne vacuna fue equivalente a 1,518 millones de toneladas res con hueso.

En este escenario, el consumo por habitante se ubicó en 50,1 kilos/año en junio, considerando el promedio móvil de los últimos doce meses. En términos interanuales experimentó un incremento de 5,2%. Sin embargo, en la línea histórica se encuentra por debajo de los promedios habituales.

Tal como ocurrió con la faena –indicador de lo que sucede en la actividad frigorífica-, durante el período enero – junio del 2024 el consumo también cayó un 10% al pasar de los 53 kilos por año por habitante a los 47 kilos. Sin bien en el primer semestre de este año se aprecia una recuperación del 5,2%, en 2022 se habían consumido 50,9 kilos, con un pico de 58,9 kilos en 2018.

“Al combinar la mayor producción obtenida por la industria con una menor demanda externa, se obtiene un mayor consumo aparente de carne vacuna. Dicho de otra manera, el consumo interno habría resultado 11,8% superior al de enero-junio de 2024”, puede leerse en el informe de CICCRA. A veces, las apariencias engañan.

Vacas voladoras chinas

Las exportaciones de carne vacuna retrocedieron un 21,1% con relación al período enero – junio del año pasado, con un total de 361.000 toneladas res con hueso. Según CICCRA, la reducción de las ventas al exterior se explicó por la menor demanda de China, compensadas por al incremento de las ventas a destinos relevantes como Israel, EE.UU., Alemania y Países Bajos, entre otros destinos.

A la inversa, el precio promedio de la tonelada exportada registró una recuperación de 35,7% interanual, hasta llegar a 5.862 dólares. Esto incidió para que la industria frigorífica pudiera embolsar 1181 millones de dólares, un alza de 5,6% en relación al mismo período del año pasado, a pesar de la merma en las cantidades vendidas.

Las exportaciones a China sumaron 119.000 toneladas, lo que arrojó una contracción de 35,2% interanual. Su participación en el total exportado descendió desde 71,1% en los primeros cinco meses de 2024 hasta 59,2% en igual período del corriente año. A la inversa, el precio promedio se incrementó 29,4%.

A Israel se vendieron 18.354 toneladas de carne vacuna argentina (9,1% del total), es decir 9,7% más que en enero-mayo de 2024. Las ventas a EE.UU. ascendieron a 16.206 toneladas, lo que arrojó un crecimiento de 31,9% interanual.

Estancamiento

El titular de la SRA dio en el clavo al señalar el estancamiento productivo de la ganadería; lo llamativo de sus palabras fue el reconocimiento de la propia responsabilidad del sector privado en tal situación lejos de la prédica que responsabiliza de todos los males productivos al peronismo y, en última instancia, al kirchnerismo.

“Estamos estancados en 50 millones de cabezas y 3 millones de toneladas (de carne vacuna). No podemos salir de eso”, sostuvo Pino.

De acuerdo a un texto de los investigadores Eduardo Basualdo y Nicolás Arceo (La crisis mundial y la crisis del agro), el stock ganadero tuvo una fuerte caída durante los años de la última dictadura cívico militar y fines de la década de 1980. Pasó de los 61,1 millones de cabezas de ganado en 1977 a los 47,1 millones para 1988.

En 2003 había un stock de 55,8 millones de cabezas, que ascendió a los 58,7 millones en 2007. Desde el 2004 hasta 2009, el sector experimentó un incremento de la faena cuyo pico máximo fue 2009, con más de 16 millones de cabezas según datos oficiales del por entonces Ministerio de Agricultura.

Sin embargo, se dio una suerte de interregno entre 2009 y 2011 marcado por una sequía que provocó ventas masivas para recuperar parte de lo perdido en la agricultura y debido a la mala alimentación del ganado y al mal estado de las pasturas; sumado a una mayor faena de hembras y un cierre temporal de las exportaciones con el objetivo de no descuidar el consumo interno.

Todo esto fue lo que confluyó para que en 2011 el stock de ganado bovino haya caído a los 47,9 millones de cabezas, es decir una pérdida de 10,8 millones desde el pico de 2007. Pero a partir de 2012 se dio una recomposición del stock que nunca fue reconocido por la Mesa de Enlace.

En 2012 el stock había ascendido a los 49,8 millones de cabezas, al año siguiente ya había 50,9 millones, mientras que para 2015 el stock alcanzaba los 51,6 millones de cabezas, según la Encuesta Nacional Agropecuaria del ministerio de Agricultura-Indec.

Como mencionó el titular de la SRA, para salir del estancamiento productivo, hacen falta mayores inversiones del sector privado.

Fuente: El Detape

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