1 de agosto de 2025 08:00 AM
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Uruguay : «La exportación de ganado en pie no se toca»: las gremiales reclaman al gobierno una definición firme sobre una medida que tensa al agro

La suspensión de las exportaciones de ganado en pie para faena inmediata ha provocado un fuerte rechazo entre las gremiales agropecuarias, que reclaman al gobierno una posición clara y coherente.

En una reunión solicitada por Campo Unido al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Dr. Luis Alfredo Fratti, las organizaciones rurales manifestaron su preocupación por una resolución que, aseguran, atenta contra la libertad de mercado, perjudica a los productores y genera incertidumbre en toda la cadena cárnica.
El presidente de la Federación Rural, ingeniero agrónomo Rafael Normey, fue uno de los voceros de las gremiales tras el encuentro, y afirmó que la medida adoptada por Fratti es «nefasta» y que su argumento se basa en una interpretación errónea del funcionamiento de los protocolos de exportación.
Una reunión pedida antes de que estallara la polémica
Campo Unido, que nuclea a diversas gremiales agropecuarias -entre ellas, la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) y Federación Rural (FR), solicitó inicialmente una reunión al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca y al ministro de Economía y Finanzas, concretándose en primera instancia la reunión con el Ec. Gabriel Oddone y esta semana con Fratti.
«Pedimos la reunión antes de que explotara el tema de la exportación en pie. Pero una vez que apareció, tuvimos que abordarlo sí o sí», explicó Normey. Quién señaló que Campo Unido llevó una agenda amplia, con entre ocho y nueve temas clave, pero reconoció que la exportación en pie ocupó gran parte del encuentro.
«Nos encontramos con un ministro que habló él solo»
Según relató el presidente de la Federación Rural, el tono del encuentro, sobre este tema, fue más bien expositivo por parte del ministro Fratti, quien explicó los motivos de la medida sin dejar demasiado espacio para el intercambio. «Nos encontramos con un ministro que habló él. Básicamente no dio lugar a mucho repique de ideas. No fue tanto un diálogo, sino una exposición», señaló. «Lo que hizo fue defender la medida que tomó, por qué la tomó, y desde su punto de vista todo lo beneficioso que supuestamente podría resultar».
Las gremiales esperaban una instancia de mayor apertura, especialmente después del impacto que generó la decisión ministerial. «Pensábamos que ya estaba más digerido el tema internamente. Pero en pocos días tuvimos por un lado la visión de Odone y del Ministerio de Economía, y por otro lado Fratti. Son visiones totalmente antagónicas que están conviviendo actualmente en el gobierno, y creemos que ese es un escenario del cual debemos salir», advirtió Normey.
El reclamo por una definición política clara
Para el dirigente rural, lo más preocupante no es solamente la decisión en sí, sino la inestabilidad política y conceptual que evidencia. «El gobierno ahora debe ser el que termine volcando hacia un lado o hacia el otro», reclamó. A su juicio, la actual situación deja a los productores en un limbo operativo: «La exportación de ganado en pie para faena inmediata queda en un ‘manden permiso y vemos’, y eso es lo que no corresponde».
Normey insistió en que esa forma de proceder genera una señal muy negativa hacia los productores, los exportadores y los mercados internacionales: «Queremos que la exportación de ganado en pie no se toque más. Y que este tipo de cosas no se manejen con arbitrariedades. Porque ahora queda la sensación de que si a algún gobernante no le gusta cómo funciona alguna parte de la cadena productiva, la interviene, la toquetea».
Uno de los puntos señalados por el productor es el uso del permiso sanitario como instrumento para condicionar o bloquear operaciones comerciales. «Estamos usando un permiso sanitario para manejar un mercado. Creemos que eso va contra la libertad de producción, contra la libertad de empresa, contra la fijación de precios», denunció.
Desde las gremiales, la preocupación también se enfoca en los efectos a mediano plazo que puede tener esta medida sobre la dinámica de crecimiento del sector cárnico. «Va en contra de una visión de cadena cárnica que tiene que crecer, y que es imperioso que siga creciendo para que justamente la industria tenga cada vez más materia prima. No se entiende esto», sostuvo Normey.
El «error conceptual»
Otro de los puntos críticos planteados por Normey tiene que ver con lo que considera un error técnico grave por parte del MGAP. Según explicó, el protocolo sanitario que regula la exportación en pie para faena inmediata no involucra animales listos para ser faenados directamente.
«Fratti dice que está suspendiendo temporariamente una exportación de ganado para faena inmediata. Lo que no entiende es que no existe el ganado de exportación en pie para faena inmediata», afirmó. «Lo que hay son protocolos que se llaman así, pero que en verdad involucran animales que están en pleno proceso de engorde».
A modo de ejemplo, mencionó terneros de 350 kilos enviados a Marruecos o novillos de 550 kilos que van a Israel, que entran bajo ese protocolo por tratarse de animales en una fase final de terminación. «Subirlos a un barco, meterlos en cuarentena, cambiarles la dieta… todo eso destruye totalmente la mercadería. El animal pierde kilos, se desarma totalmente. Queda maltrecho el producto final. Entonces eso no es viable», argumentó.
Para Normey, la medida no solo es técnicamente desacertada, sino que afecta directamente al productor, quien necesita tener opciones claras de comercialización para sostener el ciclo productivo. «Hoy hay productores con vacas preñadas en campos naturales, haciendo cualquier tipo de malabarismo para que esas vacas paren bien, críen bien el ternero y vuelvan a quedar preñadas. Todo ese esfuerzo tiene que valer la pena. Tiene que estar respaldado por una cadena de valor con las máximas posibilidades de apertura», remarcó.
«Le pegamos al peor lugar»
En este contexto, las gremiales sostienen que la decisión del MGAP daña gravemente la creación de expectativas positivas en el negocio ganadero. «Le pegamos al peor lugar donde se le puede pegar, que es a la creación de expectativa», afirmó. En su visión, eso no solo desalienta inversiones, sino que compromete el volumen futuro de animales disponibles para faena.
«Cuando uno abre la exportación en pie, aumenta el volumen de animales de faena porque genera una cadena productiva mucho más potente. No se puede hacer esa suma lineal de que si se van 300.000 cabezas y yo tranco eso, tengo 300.000 cabezas más para faenar. No es así», explicó.
La falta de una señal clara por parte del gobierno ya está generando consecuencias concretas. «Tenemos el dato, no el temor, de que exportadores que operan en Uruguay están haciendo averiguaciones en Brasil», advirtió. «En estas condiciones no parece razonable pedir un permiso para cerrar un contrato millonario sin tener la tranquilidad de qué va a pasar».
¿Ideología o política?
Consultado sobre si esta medida responde a una visión ideológica o política, Normey fue cauto. «No sé si es ideológica, pero sí política. Es una visión de que un ministro tiene potestad para hacer este tipo de cosas. Y yo creo que no corresponde a la escala de Uruguay».
El presidente de la Federación Rural recordó que hasta ahora existía consenso en el país sobre la importancia de ampliar las libertades comerciales. «Cuantas más posibilidades de comercialización haya, mejor para todos. Lo que está pasando con el arroz cáscara lo demuestra: al ampliar las opciones de venta, los productores pueden valorizar mejor su producción», ilustró.
Por eso, exige que el gobierno tome una definición firme: «Es hora de que el gobierno se defina. Que no quede en este gris, donde los operadores no saben si pedir o no un permiso porque no hay certeza de qué va a pasar».
Una agenda con más de un conflicto
Más allá del tema central, Campo Unido llevó al Ministerio otros asuntos de preocupación, entre ellos:
» La Ley de Presupuesto, sobre la que dejaron inquietudes aunque no hubo mayores novedades.
» La admisión temporaria de lana, un reclamo impulsado por la Federación Rural.
» La conflictividad sindical en la lechería, que afecta la competitividad del sector.
» El futuro plan contra la garrapata, que el gobierno anunciará próximamente. Dentro del cual se habló de la presencia de animales sueltos en la vía pública, tema vinculado a sanidad y seguridad vial.
» El combate a la bichera, una preocupación persistente en las zonas rurales.
» La trazabilidad del ganado y el nuevo proceso impulsado por el Ministerio.
» El funcionamiento de los institutos agropecuarios, como el Plan Agropecuario, INIA e INBA.
» La vacunación contra la fiebre aftosa, que las gremiales consideran clave mantener.
Según Normey, todos estos temas fueron planteados y discutidos con Fratti, aunque el foco de la conversación volvió una y otra vez a la exportación en pie. «El gobierno debe dar el último paso y cerrar esta discordia interna», concluyó. Para las gremiales, la exportación en pie no solo no debe tocarse: debe blindarse como herramienta estratégica para el desarrollo del sector y del país.

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