¿Vacunar o no vacunar? Los mitos que pueden arruinar la sanidad de sus animales
En muchas fincas de América Latina, aún se escucha decir que si el animal no muestra signos de enfermedad, no necesita tratamiento. Esta percepción, tan arraigada como equivocada, ha llevado a que miles de productores descuiden aspectos críticos de la salud animal. Sin embargo, en el campo, lo que no se ve sí puede costar caro.
De acuerdo con Bruno Sibieri de Lima, técnico de la línea de ganadería en Virbac Latam, detrás de esta lógica hay un grave desconocimiento sobre cómo operan las enfermedades y parásitos en los bovinos.
La eficiencia en la producción ya no es un lujo, sino una necesidad ineludible para los ganaderos modernos. Por eso, Sibieri de Lima resaltó que “solo mediante un manejo sanitario estratégico es posible producir más con los mismos recursos, optimizando el bienestar animal y asegurando la sostenibilidad económica del negocio”.
Desde su experiencia, el experto expuso cómo una correcta planificación en salud animal no solo previene enfermedades y evita pérdidas, sino que también maximiza el rendimiento y rentabilidad del hato.
Sin embargo, el mismo profesional advirtió que el problema es que aún circulan mitos que llevan a decisiones erróneas con altos costos en la rentabilidad.
Más que prevención
Un plan sanitario eficiente tiene tres ejes fundamentales: el control de enfermedades virales y bacterianas, el control estratégico de parásitos, y la estimulación de la inmunidad animal en momentos críticos del ciclo productivo como la reproducción, el destete y el parto. Esto quiere decir que no se trata de simples prácticas preventivas, sino de una invasión con retorno tangible.
Uno de los mitos más comunes es pensar que el manejo sanitario no mejora la productividad. Es por eso que Sibieri de Lima aseguró que “eso es falso. Tenemos múltiples casos en los que animales infestados, al seguir un plan sanitario, mejoraron su salud y también su rendimiento”.
Inversión inteligente
Algunos productores consideran que la sanidad es un gasto más, sin entender que representa la inversión más rentable de la finca. Según Sibieri de Lima, “¿cuánto cuesta un ternero, una vaca o una preñez? Ahora, comparemos eso con el costo de una vacuna. La sanidad es barata si se compara con la pérdida que evita”.
Además, la planificación no puede ser genérica, pues cada finca debe ajustar su protocolo considerando factores como el clima, la categoría del animal, los objetivos productivos, etc. Solo así se toman decisiones acertadas que generan resultados consistentes.
Reproducción
Otro de los mitos más costosos es asumir que si no hay abortos visibles, no es necesario vacunar contra enfermedades reproductivas. En palabras de Sibieri de Lima, “el 90 % de los animales inseminados están fertilizados, pero al mes solo el 50 % resulta preñado. Esa pérdida muchas veces se puede evitar con la vacunación adecuada”.
Y si bien los abortos no siempre se pueden prevenir, muchas de sus causas patológicas sí pueden ser contenidas si se actúa con antelación y conocimiento técnico.
Finalmente, persistir en creencias erróneas no solo pone en riesgo la salud del animal, sino también el bolsillo del productor. Como afirmó Sibieri de Lima, “la eficiencia no es solo producir más, sino saber cómo y con qué lo hacemos”.