4 de mayo de 2024 07:54 AM
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Análisis. La idea que tienen los jóvenes sobre el agro como lugar para trabajar

Cómo es la imagen del sector como potencial empleador frente a la necesidad de perfiles cada vez más diversos.

Sólo se aprecia lo que se conoce. Con esa frase se puede resumir el grado de percepción que tienen sobre la agroindustria los jóvenes urbanos de entre 22 y 35 años de diferentes lugares del país, todos estudiantes de los últimos años de carreras universitarias sin vinculación directa con el sector.

Como en investigaciones anteriores, que comenzaron en 2017 y que relacionaban a los jóvenes con el agro, la hipótesis inicial de un trabajo de campo realizado por la Escuela de Posgrados en Comunicación y el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral era que una buena parte de los jóvenes tiene poca información sobre el sector.

Y los resultados, conocidos en los últimos días, confirman el enunciado.

La encuesta realizada sobre seis grupos foco de diferentes lugares del país con estudiantes de universidades públicas y privadas, para la investigación, capacitación y el diseño de acciones de comunicación estratégica del agro, mostró que el sector no está presente de manera espontánea dentro del abanico de posibles empleadores para las nuevas generaciones.

La realidad es que el agro es percibido por la juventud como estratégico para el país y motor de la economía, aunque en la actualidad no consideran sus eslabones como potenciales empleadores.

El desconocimiento es mayor sobre todo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba). En otras jurisdicciones, la presencia del campo es más palpable, aunque en diferentes escalas: desde pequeños productores y emprendimientos (bebidas y frutales en Neuquén) hasta grandes empresas con fuerte presencia en las economías locales. En el caso de Córdoba, surgió la referencia ineludible a Aceitera General Deheza (AGD).

Empresas vinculadas con la economía del conocimiento, las finanzas, los recursos humanos y la gestión de recursos naturales son las que aparecen de manera espontánea en el imaginario de los jóvenes.

Por otro lado, las empresas y las marcas del sector no emergen de manera espontánea en el imaginario de los estudiantes.

La ignorancia puede resultar llamativa, más si tenemos en cuenta el peso que la agroindustria tiene dentro de la economía nacional, como generador de ingresos económicos.

¿Dónde están las razones de esta inconsistencia? Básicamente, en la forma de comunicación y de llegada que tiene el sector sobre ese segmento etario.

Resulta llamativo, según sostiene la encuesta, que cuando se presenta a las empresas de manera guiada, se las reconoce y se las caracteriza de manera positiva como de gran escala, atractivas para desarrollarse, con oportunidades de proyección y con componentes innovadores.

Cuando aparece la palabra agro, surge relacionada al cuidado del ambiente y la sostenibilidad, con precauciones y prejuicios.

Las personas consultadas admiten el reconocimiento a la pujanza, los salarios competitivos, la oportunidad de integración, la incorporación de tecnología, el agregado de valor y la profesionalización que tienen las empresas vinculadas al agro y el sector todo.

Pero también mencionan factores que los alejan: el cuidado del ambiente y la sostenibilidad, y la sola inclusión en la oferta laboral a profesionales específicos; en especial, los vinculados con las ciencias agropecuarias.

“El agro tiene una gran oportunidad, dado que posee mucho para contar. Se detecta un vacío de conocimiento de un sector que es reconocido como estratégico, donde el país cuenta con ventajas competitivas y del que se asume alta proyección de futuro, pero del que se desconoce su necesidad de talentos profesionales y la escala y relevancia de muchas empresas que lo componen”, observan desde la Universidad Austral.

Hubo sorpresa entre los integrantes de los grupos al conocer que compañías como Adecoagro, Agrotoken, Arcor, Bayer, Bio 4, Bioceres, Biogénesis Bagó, Cargill, Corteva, Kilimo, La Serenísima, Lely, Promarine, Syngenta y Valley están vinculadas al campo.

Los jóvenes aseguran que, a diferencia de la agroindustria, hay otros sectores, como la minería y las tecnológicas, que sí se vinculan con las universidades a través de comunicaciones, charlas y propuestas laborales. Los ejemplos son la industria petrolera en Neuquén o la minería en Salta.

A partir de estos resultados, se detecta la oportunidad de generar un mayor relacionamiento institucional entre el sector agroindustrial, los ámbitos académicos y los estudiantes de carreras no específicas de agro, con una estrategia definida con foco en el empleo.

Una alternativa sería capitalizar el recorrido realizado por las empresas reconocidas por los jóvenes como líderes. Y se añade la sugerencia de reforzar el activo comunicacional de la dimensión bioeconómica o agrobioindustrial, que representa uno de los aspectos más innovadores y sustentables del sector.

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