Baja de derechos de exportación en carnes: menor a las expectativas, pero en la buena dirección
Como es sabido, el presidente Milei anunció el sábado pasado, en la inauguración de la Exposición Rural de Palermo, una baja definitiva (sic) de los impuestos a la exportación de carnes vacunas y otros importantes productos agrícolas, con efecto inmediato.
La reducción fue de 6,75% a 5% para carnes, transformó en definitivas las bajas transitorias que regían hasta principios del año que viene para cultivos de invierno y retrotrajo los niveles para soja y maíz que hubo provisoriamente hasta fin de junio.
En los días previos, circuló con gran insistencia la versión de que se anunciaría la desgravación total para la carne vacuna de las restantes categorías que no son vacas, ya que éstas se beneficiaron de esa medida hace unos cuantos meses.
En relación a esta expectativa, el anuncio sonó muy corto. Pero es una medida positiva que va en el buen sentido.
Por otro lado, sí sorprendió más positivamente la baja para soja y maíz, que no se esperaba y que representa mucho más valor global.
El impacto sobre el valor de la hacienda va a ser muy difícil de identificar, por varias razones.
Una de ellas, es el porcentaje del 1,75%, que es muy pequeño. En un mercado atomizado y de gran competencia, son usuales cambios más fuertes, hacia arriba y hacia abajo, de una semana a otra, sin que medie una causa como ésa.
Otra razón es que, a diferencia de los granos, entre el ganado y la exportación sucede una serie de procesos y de fraccionamientos que distancian el impacto del mercado internacional en el doméstico.
Además, sólo una parte de la carne de cada animal de exportación, válido para machos como hembras, se embarca al exterior.
Por ejemplo, en esta misma semana, el mayor precio ofrecido por los exportadores igualó a los menores impuestos, pero lo consideramos una casualidad. También hubo una fuerte mejora para las vacas y acá no hubo cambios en los derechos.
Más allá de que no se pueda medir exactamente su efecto, la decisión ayuda a reforzar el ánimo optimista que campea en el sector.
Y permite un poquito más de aire a la exportación, que ha pasado muchos meses difíciles en su operación, que explica la caída de los embarques entre fines de año y abril-mayo.
Al lado de las mejoras de precios fob que se están presenciando, aquel porcentaje suena a poco, pero todo suma.
Ésta es la segunda baja de los impuestos a la exportación de las carnes, habiendo sido la primera de 9 a 6,75%.
El acumulado hasta hoy es de casi la mitad de los mismos, en menos de 20 meses de la actual administración.
Por Lic. Miguel Gorelik, Director de Valor Carne