El Parlamento federal de Bélgica ha aceptado que la protección del bienestar animal se inscriba como obligación en la Constitución del país. Para ello, se ha modificado el artículo 7 bis con la siguiente redacción: «En el ejercicio de sus respectivas competencias, el Estado federal, las comunidades y las regiones garantizan la protección y el bienestar de los animales como seres sintientes».

La enmienda fue adoptada durante la noche del jueves al viernes con 70 votos a favor, 23 en contra (Open Vld, mayoría del Partido Cristiano-Demócrata y Flamenco) y 29 abstenciones (Movimiento Reformador, Nueva Alianza Flamenca, Vlaams Belang –de extrema derecha–) tras haber recibido el aval del Senado a finales de 2023. Con esta modificación, Bélgica se convierte en el séptimo país de la Unión Europea en incluir la protección y bienestar animal en su Carta Magna tras Alemania, Eslovenia, Luxemburgo, Italia y Austria.

La votación, no obstante, no estuvo exenta de debate. Algunos partidos y sectores eran reticentes al artículo escogido, pues da directrices a las entidades federadas competentes en materia de bienestar animal. Es por eso que preferían cambiar el artículo 23 de la Carta Magna, el cual afecta a los comportamientos individuales y permite el control del Tribunal Constitucional.

Algunos diputados, como el liberal flamenco y ministro de Sanidad Vincent Van Quickenborne, manifestaron su miedo a que la enmienda abra la puerta a una eventual prohibición del consumo de carne o matar una mosca, argumento que irritó a Kristof Calvo, del partido verde Groen.

Desde la asociación animalista Gaia celebran este «paso histórico» de Bélgica. Su presidente Michel Vandenbosch, señala que la inclusión de los animales como seres sintientes en la Constitución modificará el pensamiento de los jueces: «Imagínense un caso de maltrato animal o crueldad animal, y el perpetrador es procesado. Les puedo asegurar que un juez se lo pensará dos veces antes de dejar impune a los torturadores de animales. Para el juez, sabiendo que los animales están registrados como seres sintientes, y no como cosas, esto tendrá un peso enorme, probablemente las sanciones serán más altas que antes», señala. Asimismo, Vandenbosch señala que los agricultores tampoco deberían preocuparse tras esta modificación del texto: «Un ganadero que respeta la legislación vigente y que realmente respeta a los animales no debe tener miedo».

El debate jurídico sobre el bienestar animal no es nuevo en Bélgica. En 2020, modificó el código civil en la parte en la que asimilaba los animales a los objetos para reconocerlos como «seres sintientes».