13 de marzo de 2025 08:45 AM
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¿Cómo mejorar el rodeo (y la calidad de la carne)? Una respuesta es nutrir las pasturas

Ensayos realizados desde Fertilizar AC demuestran un aumento significativo en los rendimientos. “La fertilización tiene impacto directo en la rentabilidad y, además, en la sustentabilidad”, dijo María Alejandra Marino, del INTA Balcarce.

Con el objetivo de promover el uso del nutriente en cultivos y corregir su déficit, que se observa en casi todas las regiones agrícolas, Fertilizar AC presentó recientemente el programa SUMA P (P, por el símbolo del fósforo).

El trabajo se hace extensivo a la promoción de la fertilización de pasturas y pastizales como una estrategia para aumentar la productividad de los sistemas ganaderos en el país.

El coordinador técnico de la entidad, Esteban Ciarlo, resaltó que el fósforo juega un papel fundamental en la definición del rendimiento y la productividad, pero que, actualmente, la aplicación no cubre en muchos casos el requerimiento de los cultivos y está lejos de hacerlo respecto de las extracciones que se genera con las cosechas (sean granos o forraje).

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“Las plantas leguminosas, como la alfalfa o la soja, necesitan mucho fósforo para fijar el nitrógeno atmosférico y así autoabastecerse de otro nutriente esencial”, advirtió.

Por su parte, la Ing. Agr. María Alejandra Marino, de la Unidad Integrada FCA-INTA Balcarce, destacó la importancia de fertilizar las pasturas como una herramienta para asegurar la sostenibilidad de los sistemas ganaderos.

Ciarlo y Marino participaron de una recorrida por campos del sudeste bonaerense, en los cuales la entidad compartió el rol clave que tiene la corrección de las deficiencias nutricionales en la producción de forraje, cuando el objetivo es lograr alta producción de pasto de calidad para la alimentación del ganado.

El programa SUMA P surge como una respuesta técnica respaldada por investigaciones sobre la dinámica del fósforo en el suelo y el impacto de su deficiencia en los cultivos.

Se generó un compendio técnico que abarca seis ejes temáticos, entre los que se destacan:

—Importancia del fósforo para las plantas, animales y humanos.

—Diagnóstico de los suelos.

—Mejores prácticas de fertilización.

En el caso de la producción ganadera, Marino destacó que el manejo adecuado de los nutrientes en suelos destinados a la producción de pasto es fundamental para mejorar la calidad del forraje y maximizar la producción de carne.

“Lo primero que debemos tener en cuenta es que las pasturas, como cualquier cultivo, necesitan nutrientes para crecer y aprovechar eficientemente los recursos que le ofrece el ambiente”, explicó la especialista.

“En promedio, los sistemas ganaderos de la región producen 3.000 a 6.000 kilos MS/ha/año”, dijo Marino.

En este orden, apuntó que la disponibilidad de fósforo es un problema común en muchos campos destinados a la ganadería. “Los mapas de suelos muestran una clara deficiencia”, aclaró.

“En promedio, los sistemas ganaderos de la región producen 3.000 a 6.000 kilos MS/ha/año”, dijo.

“Una pastura bien manejada puede aportar 200 a 300 kilos carne/ha/año. Sin embargo, si se realiza una correcta fertilización, especialmente con fósforo en pasturas base leguminosas, estos números pueden aumentar significativamente”, aseguró.

Agregó Marino que, en campos con un manejo adecuado de nutrientes, la producción de carne por hectárea puede superar los 500 kilos por año, lo que representa un incremento de más de 50 % en productividad.

“El pasto producido, sea pastizales naturales o pasturas puras o consociadas, pueden proporcionar los nutrientes necesarios”, dijo Ciarlo.

La investigadora remarcó así que la fertilización de las pasturas es una inversión que tiene impacto directo no sólo en la rentabilidad, sino también en la sustentabilidad de los sistemas ganaderos. “De esta manera se pueden lograr sistemas más productivos y sostenibles”, comentó.

El programa SUMA P busca poner en práctica las cuatro R (por right en inglés) de la fertilización:

—Dosis correcta.

—Lugar correcto.

—Momento correcto.

—Fuente correcta.

Ciarlo recordó que, bajo la dirección de Marino, Fertilizar AC trabaja en una red de estrategias de nutrición en pasturas desde 2022. Con datos de la OMS y de la FAO, la entidad viene remarcando la importancia de tener en cuenta la nutrición de cultivos apuntando a mejorar la calidad de los alimentos. Asimismo, recalcó que la carne contiene hierro, magnesio, calcio y vitaminas B, C y D.

En este orden, Ciarlo apuntó que el pasto producido, tanto por los pastizales naturales como las pasturas puras o consociadas, pueden proporcionar los nutrientes que necesitan los animales en pastoreo. También tienen una gran importancia ecológica, ya que contribuyen a la regulación del clima, a la polinización, a la purificación y a la recarga de acuíferos y la captura de carbono. Es decir, lo que ambos especialistas suelen coincidir: “Más nutrientes, más pasto, más carne, más leche y más sustentabilidad … y todo en la misma superficie”.

Un caso productivo

En el marco de SUMA P, se mostraron dos campos ganaderos en el sudeste bonaerense. Uno de ellos con aptitud agrícola y otro ubicado en la Cuenca del Salado, o Pampa Deprimida, principal región para la ganadería de cría vacuna de la Argentina, que ilustraron sobre buenas prácticas de manejo de pasturas (con diferentes niveles de fertilización).

En cuanto a la estrategia de nutrición, se fertilizó en franjas anchas de la maquinaria por 50 o 100 metros de largo, son 4 o 5 en cada módulo.

Los tratamientos fueron —idealmente— los mismos en ambos establecimientos, con aplicación de nitrógeno, fósforo, azufre, zinc y micronutrientes.

Esteban Ciarlo (izq.). María Alejandra Marino y José Gugliamelli, en Ojo de Agua.

Ojo de Agua es un establecimiento de 2.000 hectáreas ubicado en el partido de General Pueyrredón, un campo que aptitud agrícola que destina 40 % a un planteo de invernada totalmente pastoril con suplementaciones estratégicas adaptadas a la oferta de pasto y a las condiciones climáticas.

“Todo el alimento se produce aquí”, dijo Ing. Agr. José Gugliamelli, el encargado del lugar.

El objetivo de Ojo de Agua es producir novillos de exportación, alcanzando un peso de 520 kilos en un ciclo de 16 meses, utilizando un rodeo propio de cría de Hereford, desarrollada en un campo de la zona de Bahía Blanca y que se destina a exportación para Europa.

“Trabajamos con un equipo altamente comprometido, que realiza recorridas diarias, monitorea el peso de la hacienda y realiza ajustes constantes en la estrategia de manejo”, agregó.

La rotación de pasturas y el manejo del rodeo de animales se hace mediante un sistema de pastoreo rotativo que garantiza el descanso adecuado de las parcelas y la regeneración del pasto.

El campo trabaja con pasturas polifíticas (más de una especie), utilizando festuca, pasto ovillo, cebadilla y alfalfa, que se combinan para optimizar el uso del suelo durante los 4 años de vida útil de cada pastura.

Además, se realiza una rotación agrícola en algunas parcelas, lo que permite controlar malezas y mejorar la calidad del suelo. “Nuestro objetivo es lograr la mayor eficiencia en la producción y en la cosecha del pasto”, añadió Gugliamelli.

Respuestas positivas al agregado de nutrientes

El establecimiento El Pinar Agropecuaria se encuentra en el partido de General Guido, en la región conocida como Depresión del río Salado.

Se trata de la zona principal de la ganadería de cría en la Argentina, aunque con campos con no pocas limitantes.

El Ing. Agr. Federico Allende, gerente del establecimiento y el encargado Federico García Balcarce explicaron que el lugar se extiende por 3.700 hectáreas (en tres campos).

La distribución es la siguiente: 900 hectáreas están dedicadas a la agricultura con girasol y maíz, mientras que en ganadería se manejan 2.200 hectáreas en un sistema de ciclo completo, con 1.500 vientres y 95 % de preñez.

Federico Allende (izq.) y Federico Balcarce, en el medio de las pasturas.

El establecimiento cuenta —en general— con una base forrajera compuesta por raigrás y sus promociones, 80 hectáreas de alfalfa y festuca, y 400 hectáreas de agropiro, junto con otras especies leguminosas como, por ejemplo, trébol.

El Pinar es una empresa ganadera innovadora y en pleno crecimiento. Por caso, lleva adelante una parcela de evaluación de festuca y agropiro, que incluye el uso de fertilizantes y herbicidas específicos, lo que permite ajustar las mejores prácticas de manejo, tanto para la agricultura como para la ganadería, garantizando la sostenibilidad y rentabilidad del establecimiento a largo plazo.

“Los suelos de El Pinar son complicados, con limitaciones físicas y químicas donde domina el agropiro, una especie tolerante a condiciones adversas, como anegamiento, déficit hídrico y demás, y produce pasto en ambientes no aptos para otras especies forrajeras”, sostuvo María Alejandra Marino.

Esteban Ciarlo añadió que existe el prejuicio de que, como son campos bajos afectados por sales o por sodio, no necesitan nutrientes porque la limitante está en otro lado.

“En ese caso estamos encontrando, también en estos ambientes, respuestas positivas al agregado de nutrientes”, indicó.

Para acceder a toda la información de SUMA P, con más datos sobres las características y beneficios del fósforo para los cultivos, los interesados pueden ingresar a fertilizar.org.ar

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