Desarrollan en EE.UU. una nueva tecnología para combatir el PRRS
Actualmente no existe una vacuna ni un tratamiento eficaz contra el virus. Algunos científicos están trabajando con cerdos modificados genéticamente para bloquear la infección viral, pero esta estrategia tardará décadas en tener un impacto medible.
Así, investigadores de la Facultad de Agricultura, Salud y Recursos Naturales de la Universidad de Connecticut han identificado una pequeña molécula que puede desactivar con éxito los mecanismos del virus para reproducirse y evadir el sistema inmunológico del organismo huésped.
Publicaron estos hallazgos en el Journal of Virology y los autores son Jiaqi Zhu ’23 (CAHNR), Xiuchun “Cindy” Tian, profesora de ciencia animal; Antonio Garmendia, catedrático de patobiología y veterinaria; Neha Mishra, profesora asociada de patobiología y ciencias veterinarias, y Kyle Hadden, profesor de ciencias farmacéuticas.
Los investigadores comenzaron este trabajo utilizando inteligencia artificial para analizar un banco de moléculas pequeñas e identificar cuáles podrían ser buenas candidatas. El algoritmo comparó la estructura de la proteína viral objetivo con la de las moléculas pequeñas. Luego redujeron sus resultados a una única sustancia química que pudiera inhibir el virus sin producir efectos tóxicos.
Los investigadores se centraron en una proteína llamada NendoU. Los investigadores descubrieron que la cantidad de partículas virales en las células tratadas con la pequeña molécula era más de 1.000 veces menor que en el grupo de control no tratado.
“Básicamente, el virus entra en la célula no tratada y utiliza su maquinaria para amplificarse y crear más virus”, explica Tian. “Por lo tanto, si se tratan las células con esta sustancia química en particular, en comparación con las células no tratadas, la cantidad de virus se reducirá 1000 veces”. NendoU también es común en otros virus estrechamente relacionados.
“Pensábamos que este [químico] también podría funcionar con otros virus en este orden”, dice Zhu. “Así que lo probamos con otro virus llamado virus de la bronquitis infecciosa aviar y también funcionó muy bien”.
Estos hallazgos se basan en trabajos previos de este grupo en los que, en colaboración con la empresa farmacéutica basada en tecnología, Atomwise Inc., identificaron una sustancia química diferente que altera la capacidad del virus de ingresar a la célula huésped. “Al cerrar la puerta a la entrada del virus e inhibir los que ya están en las células, podríamos combinar estas dos pequeñas moléculas en el futuro y potencialmente tener un efecto más fuerte y sinérgico en el control de la enfermedad”, afirma Tian.
Los investigadores colaboran con los Servicios de Comercialización de Tecnología (TCS) de la Universidad de Connecticut para impulsar el desarrollo y la comercialización de esta tecnología. Gracias a la colaboración temprana con TCS, protegieron su propiedad intelectual y desarrollaron un plan estratégico de comercialización. Como parte de estos esfuerzos, TCS facilitó reuniones individuales con cinco de las diez empresas de salud animal más grandes del mundo, junto con otras organizaciones interesadas en la tecnología.
“Hemos recibido un gran interés de la industria, y la retroalimentación ha sido sumamente útil, sentando las bases para el desarrollo de la tecnología”, afirma Ana Fidantsef , enlace industrial de TCS. “Esperamos que estas interacciones den lugar a colaboraciones que beneficien enormemente al mercado y a la industria porcina”.