18 de enero de 2024 01:55 AM
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Descenso en la superficie de girasol en Uruguay

El costo de siembra oscila entre 85% y 90% frente al de soja

El girasol es un cultivo que acompañó grandes etapas de la agricultura en el país, pero por motivos sanitarios, hace ya varios años que había bajado su participación en las chacras de Uruguay, hasta quedar prácticamente en cero.

Desde hace unos 6 u 8 años, de la mano del desarrollo de nuevos materiales genéticos, se pudo empezar a ver el pintoresco cultivo otra vez, sobre todo en el litoral.

Dos zafras hacia atrás, con más de 8.000 hectáreas, se registró una superficie de importancia en el país, que descendió a cifras cercanas a 5.000 hectáreas en 2022-23 y bajó aún más para esta campaña.

Copagran cultivó una superficie estimada de 1.500 hectáreas, y según la información de DIEA la intención de siembra de otros cultivos de verano fue de 4.699 há, de los cuales el girasol es el principal. De todos modos, baja el área otra vez.

Esto se dio principalmente por las condiciones de negocio planteadas por Cousa, que quitó rentabilidad a un cultivo frente a la soja, el maíz o incluso el sorgo en un año que se pronostica como llovedor.

Rodrigo Frigio, ingeniero agrónomo de Copagran Soriano, sostuvo que el girasol es un cultivo con muchos beneficios para aportar al sistema agrícola nacional, como “la diversificación, la interacción con la ganadería, entregar la chacra más temprano y la seguridad de la colocación del grano”.

El costo de producción del girasol oscila en un 85% a 90% del de la soja, y según los estimativos de Copagran, en la presente zafra sembrar una hectárea de girasol tuvo unos US$ 528 de costo.

Las condiciones establecidas por Cousa el año pasado marcaban que se pagaba al precio de la soja, y por encima de un 42% de materia grasa habían bonificaciones: 2% hasta el 47% y por encima de ese 47% la bonificación era de 1%.

“Cosechando 2.300 kilos, con un 53% de materia grasa que fue el promedio el año pasado, hablamos de 16% de bonificación”, dijo Frigio.

Para esta zafra, algunos ajustes en las condiciones de Cousa bajaron la superficie.

Hoy, contando la renta, el rendimiento de equilibrio se sitúa en 1.700 kilos.

“Los cultivos están con buena implantación, estamos trabajando con materiales Clearfield y usando pre emergentes previos a la siembra para control de malezas”, sostuvo el ingeniero agrónomo.

Al respecto, dijo que el cultivo tiene dos cuellos de botella marcados: la siembra y la cosecha. “Precisamos uniformidad en la siembra, lograr una implantación pareja y dar con el momento clave de la cosecha”, dijo Frigio. “Las plantas que se instalan bien producen una flor más homogénea, y el negocio del girasol es lograr más kilos de aceite por hectárea, por encima del propio rendimiento de las chacras”.

Sobre la phomopsis, que fue uno de los principales problemas para el girasol, dijo que el descenso de área y la rotación de chacras han sido claves. “Hoy donde hacemos girasol no hay inóculos y las rotaciones son cruciales”, sostuvo.

Para el daño por pájaros, “es clave estar atentos en los momentos previos a la cosecha”, cerró Rodrigo Frigio.

Fuente: El Pais

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