La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aconseja comer 3 o 4 raciones de pescado a la semana, procurando en todos los casos variar las especies entre pescados blancos y azules. Ejemplos de los segundos son algunos como el salmón o el arenque, una fuente vital de proteínas de alta calidad, ácidos grasos omega-3 y minerales esenciales. Y es que, el pescado tiene particularmente EPA y DHA, los ácidos grasos conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular, ya que ayudan a reducir los niveles de colesterol malo en sangre (LDL). 

Y, uno de los pescados más económicos y recomendables en España es la caballa. Se trata de un pescado graso con vitaminas A, D y E que son liposolubles y se disuelven en grasas y aceites, almacenándose en el tejido graso y los músculos del cuerpo. La vitamina D es buena para fortalecer el sistema óseo, ya que favorece la absorción de calcio. Por otra parte, la vitamina A se encarga de reparar la piel y otros tejidos del cuerpo.