21 de abril de 2024 08:14 AM
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Fibra, satélites y aplicaciones “offline”: el campo español se niega a vivir sin internet

En 2025 toda la población debería tener acceso a la banda ancha de internet en España, pero todavía hay puntos negros en las zonas rurales que afectan a la actividad del sector primario, empeñado en acortar la brecha digital como sea.

Laura Polo no se atreve a crear una página web para impulsar la venta directa de huevos porque no puede conectarse a internet en su explotación de gallinas camperas en la localidad de Alba de Cerrato (Palencia).

“Antes me conectaba con el móvil pero, desde que pusieron la fibra en el pueblo, me he quedado sin cobertura en el teléfono y no suele haber conectividad nunca”, señala a Efeagro, que debe moverse a otras zonas con conexión cada vez que quiere gestionar pedidos, atender a clientes o subir vídeos a las redes sociales.

A Silvia González, productora de cereal en Palencia, el GPS de sus tractores no le funciona en condiciones porque “a lo mejor da servicio durante 20 minutos hasta que se pierde la señal” y, sin cobertura, no tiene forma de avisar a nadie si necesita ayuda.

Esos casos son solo algunos de los que aún se siguen dando en la España rural, donde el acceso a la banda ancha fija de al menos 100 megas alcanzaba en 2022 al 70 % de los hogares y empresas, frente al 90 % de media nacional, según datos oficiales.

Nuevas oportunidades

Aparte de la inversión pública, el sector primario está buscando soluciones que permitan explotar las ventajas de la digitalización.

Más del 60 % de las cooperativas tenían en 2020 graves problemas de cobertura y acceso a internet; y más del 35 % preveía invertir en mejorar la conectividad, según una encuesta de Cooperativas Agroalimentarias de España.

La organización ha participado en varios proyectos europeos de digitalización, uno de ellos de apoyo al seguimiento de la Política Agraria Común (PAC).

Rebaño de ovejas lecheras en la provincia de Valladolid. Efeagro/Miguel Toña
Rebaño de ovejas lecheras en la provincia de Valladolid. Efeagro/Miguel Toña

Aunque el cuaderno digital no será finalmente obligatorio en España, Cooperativas ha puesto en marcha su propia herramienta de recopilación de datos que les ayuda, entre otras cosas, a fomentar prácticas ambientales más sostenibles, detalla su técnico de Sostenibilidad Pablo González.

Con ella tienen la opción de trabajar “offline” (sin conexión), de manera que las anotaciones sobre tratamientos fitosanitarios, fertilización o riego se quedan guardadas y se pueden enviar a la Administración cuando hay cobertura.

En el Valle de los Pedroches (Córdoba), la mayoría de las ganaderías de leche de Covap tienen conexión a internet, ya sea por fibra o cobertura móvil 4G, mientras que las mayores dificultades se encuentran en el modelo extensivo.

El coordinador de Sistemas de Covap, Sebastián Fernández, apunta que ya hay socios interesados en contratar el servicio de internet satelital de Starlink, diseñado por la empresa SpaceX de Elon Musk.

En ocasiones se están utilizando redes de bajo consumo para enviar pequeños datos desde dispositivos, como han hecho en la cooperativa para extraer información sobre el consumo de agua, las condiciones ambientales, la localización de los animales y demás.

Además, Covap ha desarrollado una aplicación móvil en la que se vuelcan todo tipo de datos, desde los litros de leche producidos hasta el peso de los animales o el nivel de piensos, que luego se analizan para sacar una mayor rendimiento.

“La conectividad es necesaria al 100 % para que los ganaderos puedan jugar todos en la misma liga”, facilitando un trabajo que atraiga más a los jóvenes, remarca Fernández.

Impulso público

La falta de relevo generacional preocupa al sector agropecuario en un país donde el 80 % de los municipios de menos de 5.000 habitantes está en riesgo de despoblación.

En 2023, las localidades gallegas de San Xoán de Río y A Pobra de Trives fueron certificadas por la Unión Europea como la primera “Startup Village” de España bajo la denominación única de Valle del Navea.

Estas “aldeas emergentes” pretenden atraer talento e iniciativas empresariales para fijar población, algo que en San Xoán de Río han hecho a golpe de fibra óptica, wifi de alta velocidad y un centro de teletrabajo gratuito, como cuenta su alcalde, José Miguel Pérez.

El ayuntamiento también colabora con universidades y ayuda a buscar casa a los interesados en mudarse a un pueblo de unos 500 habitantes “con gran calidad de vida”, afirma el regidor, que ve potencial de desarrollo en el sector primario, la producción artesana, la cultura, el turismo y la restauración.

Con apoyo de los fondos europeos de recuperación, el Gobierno central ha invertido desde 2018 más de 1.150 millones de euros en ampliar la cobertura con fibra, que pretende llevar al 95,75 % de los hogares y empresas a final de año.

En paralelo, ha habilitado un servicio por satélite, adjudicado a Hispasat, que ofrece acceso a internet de 200 megas a un precio asequible y subvención en la instalación en lugares remotos.

Desde la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales reconocen que todavía una parte importante de la población objetiva desconoce esta alternativa y están realizando campañas para divulgarla más allá del “boca a boca”.

El programa va dirigido especialmente a actividades económicas en zonas de difícil acceso, desde un apero agrícola hasta una cabaña de ganado o un hospedaje rural. Ahora solo hay que llegar a ellos.

Fuente: EFE

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