Fuerte aumento de los costos de producción en el tambo
La cadena láctea atraviesa una coyuntura dramática, pero en especial el eslabón primario es el que se lleva la peor parte. Los tamberos están haciendo malabares para sostener sus empresas, en el marco de un feroz aumento de costos y una materia prima que, si bien se va actualizando en su precio, no alcanza a cubrir el quebrante mensual.
El Ing. Miguel Taverna, referente lechero nacional del INTA Rafaela, explicó que si bien la producción de leche a nivel nacional caerá entre un 2 y un 2,5% este año, “está garantizado un adecuado abastecimiento del mercado local, al tiempo que también se ha debilitado el consumo doméstico de lácteos”.
Sin embargo, lo más preocupante, es la estabilidad de la empresa tambera, lo cual está severamente comprometida con motivo del aumento de costos en la producción. “Muchos productores se han quedado sin reservas, fruto de la mala calidad y la baja cantidad de reservas que se hicieron en el período anterior por efecto de la sequía”, señaló Taverna.
Dicha situación climática “se mantuvo negativa hasta hace muy pocos días atrás, cuando empezó a llover, pero el incremento de la producción de forrajes, de pasturas, venía bastante disminuida y resentida”.
UNA ESCALADA DE IMPACTOS
Según el experimentado técnico del INTA, “el proceso de aumento en la variable alimentación de los tambos, se inició con lo que se llamó dólar soja en sus tres etapas, que modificó la relación histórica entre el precio de la soja y el precio de la leche, lo cual terminó de complicarse con la reciente devaluación que ahora impacta fuertemente en los costos de producción y particularmente en los costos de alimentación”.
En muchos casos, para hacerle frente a la sequía, “los productores tuvieron que recurrir lógicamente a alimentos más caros y muchos de estos, dolarizados, lo cual impactó fuertemente en la ecuación de los costos”.
Para hablar de un rango promedio de incremento en los costos, ya que hay muchos casos particulares y diversos en el ecosistema lechero, además de diferentes sistemas de producción (intensivo, pastoril, flexible) y un amplio grado de afectación por clima según cada zona del país, Taverna informó lo que ellos tienen relevado objetivamente a partir de sus estudios mensuales.
EL PORCENTAJE DE AUMENTO
Los incrementos en los costos, “son diferentes en función de los distintos sistemas de producción, en el caso de los sistemas más intensificados que requieren mucho más de alimentos comprados, caros como los alimentos balanceados, tuvieron un impacto en el costo mucho mayor que aquellos sistemas más extensivos y pastoriles, pero podemos decir que rango va entre un 30, 35% hasta un 50, 60% de incremento sólo para la alimentación”.
En el INTA, “nosotros tenemos estadísticas históricas de varios sistemas donde se muestra que el costo de alimentación tiene una incidencia de alrededor del 40-45 por ciento del costo total del sistema en un tambo, pero hoy a causa de esta situación, la mayor parte de los sistemas de producción ya está rondando el 60%, es decir que hay un aumento de 20 a 25 puntos en la participación de la alimentación del rodeo sobre los costos totales”, describió Taverna.
Esto significa que “el margen que queda entre el 100% de los costos y este 60% o más que me lleva la alimentación, debe alcanzar para pagar el resto de los gastos del sistema, como alquileres (a valor soja dolarizada), los combustibles (que han aumentado fuertemente) y la mano de obra, además del retiro del productor para vivir él y su familia, por eso decimos que la situación del tambo hoy es muy, muy delicada”, aseveró Miguel Taverna.
EL PRECIO DE LA LECHE
Que los tambos se salven de esta crisis, hasta que en marzo aparezcan las nuevas reservas y se estabilice el sistema, “dependerá de la velocidad de la recuperación del precio de la leche cruda que la industria le paga el productor”, analizó el ingeniero, quien ve también el vaso medio lleno. “Hay algunas cuestiones que son positivas, como la eximición a la lechería de los derechos de exportación, y por otro lado el nivel internacional del precio de los principales productos lácteos que vienen con una tendencia alcista, lo cual mejora la capacidad de pago automáticamente a las industrias lácteas”.
De todos modos, no será un contexto fácil el que se le viene a la lechería. Con un mercado interno decaído, un consumo de lácteos de bajo valor agregado, con poco margen para las usinas lácteas y en un contexto de caída del poder adquisitivo de la población nacional.
“Yo diría que es una situación muy preocupante para la mayoría de los tamberos. Hoy sin dudas el 100% de los productores tiene una rentabilidad negativa; hay una expectativa en términos de que se pueda recuperar lo antes posible el precio de la materia prima, que permita cubrir y recuperar estas pérdidas, pero es probable que siga la concentración en gran medida en la producción primaria, como lo muestran los resultados de los trabajos que se publican en OCLA de la cadena de valor”, concluyó Taverna.