Los “consumos” de maíz se “mueren de risa” ante la anunciada baja de retenciones y siguen sacándole mercadería a la exportación
Este martes el precio promedio negociado por el maíz con entrega en las terminales portuarias localizadas en el norte del Gran Rosario fue de 230.889 $/tonelada (180,1 u$s/tonelada) versus 225.489 $/tonelada el lunes pasado y 227.870 $/tonelada el viernes de la semana anterior, según registros de la plataforma Sio Granos.

Sin embargo, el principal factor determinante en la formación del precio del cereal no es la anunciada rebaja de la alícuota de retenciones –que pasaría del 12,0 al 9,5% en el caso del maíz–, sino la competencia de los consumos en las diferentes regiones productivas.
La mejora en la capacidad relativa de pago de los feedlots, tambos, avícolas, porcinos y fábricas de bioetanol y alimentos balanceados –producto de la apreciación cambiaria promovida por la política del gobierno nacional– representa un “dolor de cabeza” para los originadores de mercadería de las compañías agroexportadoras.
Si bien los consumos suelen pagar con mayores plazos y en algunos casos tienen un perfil crediticio no tan sólido como el de los grandes agroexportadores, la diversificación de la matriz comercial es un hecho en vastas zonas productivas gracias a los atractivos precios abonados por el cereal.
Ayer martes, por ejemplo, Sio Granos indica que se negociaron en el disponible 4778 toneladas de maíz a un valor promedio de 226.000 $/tonelada en la zona denominada “zona 9”, cuya localidad de referencia es la cordobesa Río Cuarto.

Considerando una distancia del orden de 400 kilómetros desde Río Cuarto hasta Rosario, el flete por abonar debería ser de apenas 4889 $/tonelada para que el precio ofrecido en la “zona 9” sea equiparable al valor pagado con entrega en el norte del Gran Rosario.
El fenómeno es tan marcado que incluso en ciertos casos la competencia de los “consumos” se lleva volúmenes superiores a los originados por los agroexportadores con entrega en los puertos, como puede advertirse ayer en las zonas 7 (oeste de Buenos Aires) y 10 (San Luis y sur de Córdoba).
Vale tener en cuenta que el fenómeno es factible gracias al hecho de que la economía argentina está operando con un tipo de cambio artificialmente bajo sostenido en base a intervenciones múltiples del gobierno nacional, entre las cuales se incluyen validar tasas de interés considerables para renovar títulos de deuda de corto plazo.