2 de mayo de 2024 08:40 AM
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Un estudio revela la necesidad de mejorar la salud mental de los veterinarios

Una investigación pionera de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim pone de manifiesto niveles alarmantes de estrés entre estos profesionales.

Cada último sábado de abril se celebra el Día Mundial de la Veterinaria. Esta es una fecha perfecta para poner en valor el papel de estos profesionales en la salud global, no solo velando por el bienestar animal, sino también por la seguridad alimentaria y la salud pública.

Los veterinarios son una pieza clave en la lucha contra las enfermedades zoonóticas. Además, su labor es fundamental en la industria agroalimentaria, garantizando la seguridad y calidad de lo que consumimos. También contribuyen a la conservación del medio ambiente, controlando enfermedades en animales salvajes y protegiendo la biodiversidad.

Pero el Día Mundial de la Veterinaria no solo es una oportunidad para reconocer el trabajo de estos profesionales, sino también para destacar los desafíos a los que se enfrentan. Uno de los aspectos que merece atención es la salud mental de este colectivo. Esta situación queda reflejada en un reciente estudio desarrollado por el Departamento de Psicología Social y de la Organización de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), con el apoyo de la compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim. 

Estudio pionero

La investigación pone de manifiesto los altos niveles de estrés, ansiedad y burnout que sufren estos profesionales. Una situación que se ve agravada por las largas jornadas laborales, la exposición a situaciones traumáticas y la falta de reconocimiento social y económico.

“Hasta el momento, la investigación sobre estrés laboral en los veterinarios se ha centrado en describir las consecuencias, dejando en un segundo plano las causas y cómo evaluarlas. Con este proyecto se ha recopilado información con un doble objetivo: concienciar al entorno, tanto profesional como social, y proponer acciones concretas para mejorar el bienestar de los veterinarios, siguiendo el compromiso de nuestra compañía con la profesión veterinaria y como líderes en la prevención”, explica Elena Gratacós, directora general del área de Salud Animal en Boehringer Ingelheim Animal Health España.

El estudio está dirigido por Amparo Osca, profesora de la Facultad de Psicología de la UNED y se compone de dos fases: una cualitativa y otra cuantitativa. La primera fase incluyó entrevistas en profundidad con 30 veterinarios, en las que se identificaron cinco fuentes principales de estrés: problemas con los responsables de los animales, sobrecarga de trabajo, conflictos por falta de organización laboral, dilemas éticos y malas condiciones de trabajo. Además, el 100% de los entrevistados afirmaron experimentar problemas adicionales al ser autónomos.

En la segunda fase, 1.215 veterinarios respondieron a un cuestionario online. Entre ellos, el 71,4% de los encuestados se dedican a la atención a pequeños animales y el 43% trabajan como autónomos. Según las respuestas obtenidas, un 73,1% de estos profesionales afirmaron que la carga de trabajo les afecta y les mantiene alejados de sus actividades familiares; más de un 60% se siente mentalmente agotado al final de la jornada; un 91,2% se siente triste cuando falla en algo relacionado con el trabajo y un 87,9% considera que las instituciones no apoyan al colectivo, un sentimiento que también aplican a la sociedad en general. 

Este malestar no solo se manifestó en la esfera emocional, sino también en problemas de salud física, con más del 60% experimentando dolores musculares y más del 30% sufriendo trastornos psicosomáticos como dolores de cabeza y problemas digestivos. No obstante, estos problemas no afectan igual a todos los veterinarios. Son las mujeres, los jóvenes, los que trabajan en atención a pequeños animales y los autónomos quienes enfrentan más problemas de salud y una situación de mayor estrés.

Una llamada a la acción

Lorena Millán, psicóloga y veterinaria responsable del Departamento de Diagnóstico por Imagen del Hospital Veterinario de la Universidad de León, destacó el impacto personal que le llevó a la realización de esta investigación: “Cuando estaba finalizando los estudios del grado en Psicología se suicidó una compañera veterinaria. Esa muerte me impactó y, hablando con otros compañeros y con mi propia experiencia, empecé a ser consciente de que teníamos un problema en el colectivo. En ese momento, me correspondía hacer mi trabajo de fin de grado y decidí hacerlo sobre el burnout y el estrés laboral en el veterinario clínico”.

Con este estudio, se ponen los cimientos necesarios para entender la realidad del día a día en una profesión que tiene unos índices preocupantes de problemas relacionados con la salud mental. En respuesta, se requiere intervenir sobre las fuentes de estrés que les afectan y las variables personales que influyen.

Muchos veterinarios afrontan problemas de salud mental.
Muchos veterinarios afrontan problemas de salud mental.

En las conclusiones del estudio afirman que, por una parte, deberían organizarse intervenciones primarias dirigidas a todo el colectivo para concienciar de los problemas e informar de los programas de prevención. Hablan de programas de formación sobre las fuentes de estrés más frecuentes, cómo influyen sobre la salud y qué medidas concretas se pueden adoptar para anticiparse y evitar problemas.

Junto a las primarias, indican que habría que organizar intervenciones secundarias, dirigidas a los veterinarios más susceptibles de sufrir problemas. En este caso, los resultados señalan a las mujeres, los jóvenes y los veterinarios de pequeños animales como aquellos que presentan más problemas. También necesitarían programas específicos los autónomos.

Para concluir, Amparo Osca, ha querido dejar muy claro que son plenamente “conscientes de que solo podremos avanzar desde aproximaciones integrales y multidisciplinares y, por eso, es necesaria la colaboración entre instituciones”.

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