26 de abril de 2024 01:19 AM
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Le autorizan a Syngenta un producto para combatir la plaga que desvela al Gobierno

La empresa de biotecnología consiguió la aprobación de dos productos para el control de chicharrita en el cultivo de maíz. A qué sectores del país afecta la plaga y qué efecto tuvo sobre la campaña de este año

La semillera Syngenta anunció que consiguió la aprobación para dos insecticidas que podrían controlar la chicharrita en la Argentina. Se trata de una plaga que, si bien está presente hace 30 años en el país, actualmente se encuentra en altas proporciones en el centro de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos y que, entre otros efectos, causa el achaparramiento del maíz.

De hecho, a causa de la enfermedad que esta transmite a los cultivos, la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba) estimó que esta campaña se perdieron 6 millones de toneladas de maíz, lo que equivale a aproximadamente u$s 1130 millones. La provincia es la principal productora del cereal a nivel nacional y este año buscaba duplicar su producción.

En este contexto, Syngenta presentó Verdavis y Fortenza, dos insecticidas -uno de uso foliar y el otro para tratamiento de semillas-, destinados al control poblacional de chicharrita del maíz. 

El primero, debe aplicarse en estadíos vegetativos muy tempranos, cuando se observan los primeros adultos en los cogollos de las plántulas. En cambio, Fortenza se aplica como tratamiento de semillas previo a la siembra. 

“La chicharrita del maíz es una plaga conocida en el norte del país, que esta campaña se presentó con gran intensidad en esa región, y también se expandió en la zona centro.Su manejo resulta clave para garantizar una producción eficiente y sustentable, y evitar severos daños económicos“, comentó Nicolás Gennaro, director de Marketing de Protección de Cultivos de Syngenta para Latinoamérica Sur.

Qué provoca la chicharrita y dónde está

Si bien la plaga está presente en la Argentina desde hace más de 30 años -sobre todo, en el norte-, fueron varias las causas que provocaron que se intensifique su presencia en el campo argentino: disminución de las heladas o baja intensidad de las mismas, altas temperaturas en verano, escalonamiento de fechas de siembra, entre otras.

Esto provocó que la plaga se expandiera a otras zonas productoras de alimentos de la Argentina. Ahora, localidades del centro del país -centro de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos- que antes no tenían esta problemática, acusan que, en promedio, hay unas 360.000 hectáreas afectadas por la chicharrita.

En este contexto, en su último Panorama Agrícola Semanal (PAS), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo su proyección de cosecha de maíz de 56,5 millones de toneladas a 54 millones para 2024.

En 2023 las exportaciones de maíz aportaron u$s 6409 millones, según datos de la Bolsa de Cereales de Rosario. Esto significó una caída del33% si se compara con el año anterior. De cara a 2024, el sector espera exportaciones por u$s 7820 millones.

El agente causal del achaparramiento del maíz es el Spiroplasma, enfermedad causada por la chicharrita dalbulus maidis, un insecto de tres a cuatro milímetros de longitud, color amarillo pálidos y con dos manchas redondas negras sobre el vértice de su cabeza.

“Los insectos adultos se alojan tanto en hojas o tallos y las ninfas jóvenes se encuentran preferentemente en las hojas jóvenes de cogollo de la planta. La hembra pone en promedio 480 huevos durante su vida”, informó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

El impacto de la plaga afecta a la fisiología de la planta, es decir, que se dificulta la llegada de nutrientes y asimilados a las espigas e impacta en el llenado de los granos.

“Una vez aplicado como tratamiento de semillas, el compuesto es rápidamente captado por las raíces y es transportado hacia la parte superior de la planta. De esta forma, protege los cultivos como resultado de una inhibición rápida de la alimentación y un efecto residual duradero”, explicó Luis López, gerente de Portfolio de Protección de Cultivos de Syngenta. 

Fuente: El Cronista

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